A mes y medio para las primarias opositoras, pautadas para el 22 de octubre, aún quedan muchísimas interrogantes que van desde si se podrán efectuar los comicios, ante una evidente arremetida desde distintos flancos para anularlas, hasta si la esencia de esos comicios es realmente elegir al candidato que se enfrente a Nicolás Maduro en 2024, dado que quien tiene la preferencia mayoritaria, María Corina Machado (Vente Venezuela), está inhabilitada para el ejercicio de cargos públicos, al igual que Henrique Capriles (Primero Justicia con apoyo de Un Nuevo Tiempo) y Freddy Superlano (Voluntad Popular).
El Nacional conversó con varios expertos en materia política en un intento de dilucidar posibles escenarios, así como aclarar el rol que juegan diversos grupos que se denominan de oposición para obstaculizar el proceso que lleva a las primarias, al igual que las maneras en que la fragmentación interna de la coalición opositora dominante contribuye a deteriorar su posición.
De la Coordinadora Democrática a la Plataforma Unitaria
Una primera dificultad a la que se están enfrentando las primarias es el propio uso de la palabra oposición dado que, en conjunto con las amenazas procedentes del oficialismo declarado, algunos factores que se autodenominan opositores o antichavistas protagonizan los mayores esfuerzos por bombardear el proceso comicial.
En ese sentido, no está de más hacer un breve recuento de la conformación de la oposición desde que el chavismo alcanzó el poder en 1998.
Poco más de tres años después de que Hugo Chávez se convirtiera en presidente de Venezuela, en 2002 se fundó la Coordinadora Democrática, que primero tuvo la finalidad de promover el paro petrolero de ese año y que posteriormente se abocó a activar el referendo revocatorio de 2004, tras lo cual se desintegró.
Desde entonces, muchos de los partidos que la conformaron desaparecieron y nuevas organizaciones emergieron. Pero, en conjunto, desde la existencia de la Coordinadora Democrática había una cierta claridad en Venezuela sobre a qué factores se les podía atribuir la cualidad de oposición.
Pese a la variedad de visiones, ideologías y estrategias, durante el mandato de Chávez la diferenciación política siguió siendo relativamente sencilla: chavismo-oposición. El oficialismo conformado por el Gran Polo Patriótico y la oposición conglomerada en alguna forma de alianza, que desde 2008 se concretó en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de la que Chávez llegó a decir que era la “MUS, la Mesa de los United States”, lo que podría interpretarse como una evidencia de que el propio exmandatario fallecido sobreentendía un reconocimiento internacional, en este caso de la Casa Blanca, a la oposición congregada en esa plataforma.
Paulatinamente, y sobre todo desde las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012 en las que se midieron Chávez (que pudo postularse por tercera vez al enmendar la Constitución para permitir la reelección continua indefinida) y Henrique Capriles, quien aceptó la derrota, se fue popularizando, especialmente en los jóvenes, el uso de la expresión Ni-Ni como una forma de deslindarse del chavismo y de la MUD, que en todo caso logró que la palabra oposición estuviera indefectiblemente relacionada con los partidos que la integraban, excluyendo cualquier movimiento que aun siendo antichavista no estuviera dentro de la alianza.
En adelante, la MUD reafirmó su dominio con el triunfo en las parlamentarias de 2015 y posteriormente con el establecimiento del gobierno interino de Juan Guaidó. Sin embargo, la alianza se vio forzada a buscar nuevas formas de organizarse para intentar mantener el predominio y creó, primero el Frente Amplio Venezuela Libre (aún activo) y luego la Plataforma Unitaria.
Desde la llegada al poder de Nicolás Maduro, tras la muerte de Chávez en 2013, la ecuación se ha modificado, al punto de que hoy en día distintos grupos cuestionan a la oposición tradicional y se atribuyen ser “la verdadera oposición”, aunque en ocasiones sobre ellos pesan acusaciones de lazos con el chavismo, como el polémico Luis Ratti, por un lado, y los llamados alacranes, por el otro, incluyendo a José Brito, Luis Parra y otros dirigentes que efectivamente militaron en partidos de la MUD, pero que fueron expulsados en 2020 por presuntamente haber recibido sobornos del oficialismo para limpiar la imagen de Alex Saab, aprovechando la legitimidad reconocida por la comunidad internacional de la Asamblea Nacional electa en 2015. A este grupo se suman dirigentes que participaron en 2020 en las intervenciones de las juntas directivas de los partidos políticos tras la judicialización por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Pero también han surgido partidos como Fuerza Vecinal, donde muchos de sus dirigentes pertenecieron a Primero Justicia, que insisten en mostrarse como detractores del gobierno, pero que ahora reciben acusaciones de colusión con el gobierno principalmente por intereses económicos.
De igual manera existen los dirigentes que expresan aspiraciones presidenciales en calidad de independientes y en esa categoría hay casos contrastantes. Por un lado Benjamín Rausseo, que se denomina independiente y que parecía que se inscribiría en las primarias, pero que al final no lo hizo; y los casos de Andrés Caleca, Tamara Adrián y Luis Farías, que sí inscribieron candidaturas para las elecciones primarias.
Pese a todo, expertos consultados por El Nacional coinciden en que aunque pudiera existir una diversidad de factores que efectivamente se oponen a Nicolás Maduro, hay una facción dominante y es justamente la que organiza las primarias, con lo cual estos comicios podrían tener en el fondo una función adicional a la de elegir un candidato presidencial: la de consolidar la posición de dominio.
¿Cómo se conforma la oposición?
Los politólogos Ángel Medina Devis, diputado a la Asamblea Nacional en 2010 y 2015 y vicepresidente del Parlatino entre 2016 y 2020; Alfredo Coronil Hartmann, abogado y escritor; y Esteban Oria, presidente de la Federación Venezolana de Politólogos y experto en marketing político, coinciden en que lo que puede considerarse oposición trasciende a la llamada Plataforma Unitaria, pero reconocen en ella y en los dirigentes que se inscribieron en las primarias el factor predominante.
“En ningún sistema político existe una sola oposición. Lo que existe es un gobierno y todas aquellas organizaciones que confrontan a ese gobierno o a ese modelo. Lo que sí hay en Venezuela es una oposición dominante que en buena medida marca la ruta mayoritaria de los factores que se oponen al poder. Así que son varias, son distintas las expresiones, las formas, de ser oposición, pero hay una que es dominante y, en este caso, pudiera estar enmarcada en lo que hoy es la Plataforma Unitaria”, señaló Medina Devis.
Coronil Hartmann, por su parte, consideró que la oposición es lo que llamó “un sentimiento aplastantemente mayoritario” en Venezuela.
“Pero, la oposición ha perdido sus numerosas posibilidades de triunfo por su inconsistencia funcional, operativa y por las actitudes muchas veces capciosas de algunos de sus portavoces más publicitados”, agregó.
Cuatro bloques opositores
La visión más compleja de la oposición la ofreció Esteban Oria, quien considera que existen cuatro bloques distintos. De hecho, desde su perspectiva dos de esos bloques participan en las primarias: uno lo compone María Corina Machado, con su partido Vente Venezuela, el segundo lo compone el llamado G4 (Primero Justicia, Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, este último no inscribió candidato a las primarias pero se alió con Capriles).
El experto mencionó como tercer bloque opositor al chavismo disidente y a un cuarto conformado por el exilio.
Sobre los llamados alacranes, el politólogo enfatizó que “no son oposición”.
A continuación se describen los cuatro bloques mencionados por Oria, en sus propias palabras:
- “El principal bloque en la actualidad está encabezado por María Corina Machado, quien inicialmente contó con el respaldo de partidos aliados de la fracción parlamentaria 16 de julio, como Alianza al Bravo Pueblo (ABP) y Convergencia”.
- “El segundo bloque está conformado por lo que se conoce como el G4 de la ya conocida MUD, que incluye a VP, AD, UNT y PJ y su enorme grupo de influencers que van desde Carla Angola, Franklin Virgüez y televisoras a sus servicios”.
- “El tercer bloque está compuesto por disidentes del chavismo, entre ellos figuran personas como Rafael Ramírez, Nicmer Evans y Carlos Figueroa del PCV, así como sindicalistas, muchos de los cuales han estado encarcelados”.
- “El cuarto grupo es el exilio, que es muy diverso. Este grupo merece un estudio aparte debido a su complejidad. A pesar de sus diferencias, podrían actuar como un bloque unido, ya que muchos de ellos no planean regresar a Venezuela, pero pueden influir en las políticas contra Maduro de manera independiente. Figura gente como Veppex, José Colina y Patricia Poleo, pero son más. Hay que destacar a los que están en Ucrania y lo del tema emergente del Batallón Bolívar debido a que por su carácter institucional y el reconocimiento del gobierno de Volodimir Zelensky”.
No obstante, en lo concerniente al reconocimiento, tanto a lo interno como a lo externo, Oria señaló que el predominio, aunque menguado, lo sigue manteniendo el G4, aunque cree que las primarias podrían modificar la ecuación.
“María Corina Machado podría cambiar esta dinámica si logra una victoria contundente y obtiene un sólido apoyo de base, lo que podría resonar en la comunidad internacional”, indicó.
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