El futuro de los venezolanos está en juego. Los votantes decidirán el domingo si reeligen al presidente, Nicolás Maduro, cuyos 11 años en el poder se han visto marcados por las crisis, o si dan a la oposición una oportunidad para cumplir su promesa de revertir las políticas del partido en el gobierno que causaron un colapso económico y obligaron a millones de personas a emigrar.
Por AP
Los partidos de una oposición tradicionalmente dividida se han unido en torno a un único candidato, lo que plantea al Partido Socialista Unido de Venezuela su mayor desafío electoral en unas elecciones presidenciales en varias décadas.
Maduro se enfrentaba al exdiplomático Edmundo González Urrutia, que representa a la reavivada oposición, y a otros ocho candidatos. Los partidarios de Maduro y González celebraron el jueves el final de la campaña oficial con enormes manifestaciones en la capital, Caracas.
En el pasado, Maduro y sus aliados han superado los desafíos inhabilitando a rivales para presentarse a las elecciones y tachándoles de elitistas desconectados de la realidad y alineados con potencias extranjeras. Pero esta vez, el partido en el gobierno ha permitido que la Plataforma Unitaria, la coalición de los principales partidos de oposición, participe en los comicios.
Un acuerdo que permitió participar a la oposición le dio a Maduro algo de alivio sobre las asfixiantes sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. Pero ese alivio fue breve. El gobierno del presidente Joe Biden restituyó las sanciones alegando una creciente represión del gobierno sobre adversarios reales o percibidos, lo que incluyó vetar la candidatura de la estrella opositora María Corina Machado.
A continuación, lo que hay que saber sobre las próximas elecciones presidenciales en Venezuela.
¿Quién es el candidato opositor?
El nombre más repetido de la campaña no estaba en la boleta: María Corina Machado. La exlegisladora se convirtió en estrella de la oposición en 2023 y llenó el hueco dejado por el exilio de una generación anterior de líderes opositores. Sus críticas a la mala gestión y la corrupción del gobierno movilizaron a millones de venezolanos para que votaran por ella en las primarias de la oposición en octubre.
Sin embargo, el gobierno de Maduro declaró ilegales las primarias y abrió pesquisas penales contra algunos de sus organizadores. Desde entonces ha emitido órdenes de arresto para varios seguidores de Machado y detenido a varios miembros de su equipo, y la máxima corte del país respaldó la decisión de inhabilitar su candidatura.
Sin embargo, ella ha seguido haciendo campaña en todo el país y convirtió el veto a su candidatura en un símbolo de la pérdida de derechos y humillaciones que muchos votantes han sentido durante más de una década.
Ella ha apoyado a Edmundo González Urrutia, un exembajador que nunca ha ejercido un cargo público, lo que ha ayudado a unificar una oposición fragmentada.
Ambos hacen campaña juntos y prometen una reforma económica que haga regresar a los millones de venezolanos que han emigrado desde que Maduro se convirtió en presidente en 2013.
González comenzó su carrera diplomática como asesor del embajador venezolano en Estados Unidos a finales de la década de 1970. Estuvo destinado en Bélgica y El Salvador y fue embajador de Caracas ante Argelia. Su último puesto fue como embajador en Argentina durante la presidencia de Hugo Chávez, que comenzó en 1999.
Más recientemente, González trabajó como consultor de relaciones internacionales y escribió una obra histórica sobre Venezuela durante la II Guerra Mundial.
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