La fortaleza mental es una habilidad que todo el mundo puede poseer. Sin embargo, es necesario trabajarla y entrenarla para así evitar caer en el desánimo y en la sensación de impotencia cuando aparecen situaciones desagradables o circunstancias que nos obligan a tomar decisiones difíciles.
Según la psicóloga Patricia Ramírez Loeffler, algunas personas se sienten superadas ante cualquier adversidad porque creen que son débiles, ya que se dicen a sí mismas expresiones como “me ahogo en un vaso de agua”, “no sé solucionar problemas” o “no me sé relacionar bien con la gente”, lo que les lleva a comportarse como tal. Por tanto, es importante trabajar esta capacidad y aprender a tomar distancia para analizar los problemas y así encontrar posibles soluciones desde el raciocinio, sin dramatismos innecesarios.
Ramírez asegura que las personas mentalmente fuertes son aquellas que poseen estas características:
- Tienen inteligencia emocional, lo que les permite relacionarse mejor con los demás.
- Gestionan bien el fracaso, es decir, entienden el fracaso como parte del camino, como un aprendizaje.
- No se relacionan con personas tóxicas ni negativas. Siempre se rodean de personas agradables con las que se sienten cómodos, que les aportan soluciones y les generan confianza.
- Creen en sí mismas. Son capaces de centrarse en sus fortalezas para mejorar y no tienen miedo al cambio ni a equivocarse.
- No pierden el tiempo pensando en el pasado. Estas personas se centran en el presente sin darle vueltas a los errores del pasado.
- Son capaces de ver el lado bueno de las cosas, por lo que viven con optimismo y se toman las cosas con buen humor. Esto les permite ver la situación de una forma más relajada y así encontrar soluciones más creativas gracias a la desdramatización.
- Saben decir que no con seguridad y de forma asertiva.
- Cuidan su salud tanto a nivel físico como mental. Son personas que se sienten bien consigo mismas.
- Tienen claro su objetivo y encuentran en él la motivación necesaria para alcanzarlo.
Teniendo en cuenta todas las características que definen a este tipo de personas, es importante hacer una reflexión personal para poder centrarse en mejorar aquellos aspectos que no se están trabajando y así entrenar la fortaleza mental. Para ello, existen una serie de hábitos que sin duda resultan altamente beneficiosos para el desarrollo de una mente fuerte.
En primer lugar, es necesario dejar de preocuparse para ocuparse de las cosas. Para ello, es fundamental centrarse en las cosas que dependen de uno mismo, dejar de lado las autoexigencias y tomar una actitud de preferencia, la cual consiste en aceptar que todas las personas tienen limitaciones y que es inútil esforzarse en cambiar lo que no es posible o no tiene solución.
También es importante saber reconocer los pensamientos irracionales. Por tanto, practicar técnicas de meditación, yoga e incluso permitirse tiempo de disfrute y desconexión ayuda enormemente a tomar distancia de los problemas para así poder visualizarlos desde otra perspectiva. De este modo y con la mente fría, diferenciar los pensamientos destructivos de los creativos se convierte en una tarea mucho más fácil. Además, existen técnicas que aumentan la capacidad de control mental. Los campos más recurrentes para aumentar dichas capacidades son los entrenamientos estratégicos mediante juegos de casino. Desde hace un tiempo se está demostrando que juegos como el póker ofrecen habilidades increíbles para tener mayor control mental, capacidades altamente beneficiosas en el mundo de los negocios.
Un hábito imprescindible que nadie debería obviar es el de hacer una reflexión cada cierto tiempo para recordar las fortalezas personales. Centrarse en potenciar las propias fortalezas ayuda enormemente en la consolidación de un estado mental fuerte. Asimismo, perder el miedo a decir que no y aprender técnicas de asertividad es otra habilidad que ayuda en el desarrollo de la fortaleza mental del ser humano.
Valorar las circunstancias desde un punto de vista optimista antes de tomar una decisión es una habilidad que sin duda se consigue centrándose en los aspectos positivos. No se trata de verlo todo de color de rosa ni de sonreír a toda costa. Simplemente, aprender a quitar importancia a las cosas y ser capaz de ver el vaso medio lleno para así poder enfrentar cualquier adversidad desde la calma y el raciocinio.
Finalmente, es fundamental perder el miedo a la soledad y a los cambios. Dejar de lado a las personas tóxicas, que en lugar de sumar provocan miedos e inseguridades por estar siempre centradas en todos los aspectos negativos de la vida. Esas personas que solo son capaces de ver el lado negativo y que solamente encuentran amenazas y peligros es mejor mantenerlas alejadas si queremos conseguir un estado de bienestar con nosotros mismos y nuestro entorno.
Nota de Prensa
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