En el estudio más exhaustivo de su clase, científicos de la Escuela de Medicina Keck en California analizaron las alteraciones epigenéticas en el genoma de jóvenes adultos que vapeaban, fumaban o no utilizaban productos con nicotina.
Los expertos descubrieron que un gen responsable de suprimir tumores se encontraba entre los más afectados en quienes vapeaban y fumaban.
La metilación del ADN es esencial para el funcionamiento celular normal, pero su alteración puede dar lugar a cáncer y otras enfermedades. Empleando técnicas avanzadas de secuenciación genética, examinaron casi la totalidad del genoma de los participantes, a diferencia de investigaciones previas que solo estudiaron entre el 2 % y el 3 % de las regiones genéticas en usuarios de vapeo o tabaco.
Los hallazgos revelaron una notable similitud en los patrones de metilación del ADN, una forma de modificación epigenética, entre quienes vapeaban y quienes fumaban.
“Nuestros hallazgos indican que los cambios en la metilación del ADN observados en los vapeadores pueden contribuir al desarrollo de enfermedades, incluido el cáncer”, dijo Stella Tommasi, Ph.D., profesora asociada de investigación en población y ciencias de salud pública en la Facultad de Medicina Keck y autora principal del estudio, citado por el Medical Express.
El estudio, parcialmente financiado por los Institutos Nacionales de Salud, añade a la creciente evidencia sobre los peligros del vapeo para la salud. Además, establece un fundamento para futuras investigaciones que buscan identificar un perfil molecular que ayude a evaluar los riesgos de enfermedades vinculadas al uso de vapeadores.
Por otro lado, el equipo de investigación espera que sus hallazgos resalten aún más los posibles daños del vapeo, especialmente con la llegada constante de nuevos productos al mercado, según Medical Express.
“Estos hallazgos tienen implicaciones significativas para la salud pública y la regulación del tabaco, que apunta a mantener los productos de vapeo lejos de los jóvenes, que son una población particularmente vulnerable”, dijo Tommasi.
La investigación abarcó a 30 jóvenes adultos con una edad media de 23,5 años, clasificados en tres categorías: vapeadores (individuos que utilizaban vapeadores al menos tres veces por semana durante un mínimo de seis meses, sin fumar), fumadores (aquellos que consumían tabaco al menos tres veces por semana durante al menos un año, sin utilizar vapeadores) y no usuarios (personas que no vapeaban ni fumaban).
Tras obtener muestras de células de las mejillas de los participantes, los investigadores emplearon una técnica de secuenciación avanzada llamada secuenciación de bisulfito del genoma completo para analizar más de 25 millones de ubicaciones genómicas.
Su objetivo fue identificar regiones metiladas de manera diferencial (DMR), es decir, áreas con distintos niveles de metilación entre los grupos. Descubrieron 831 DMR en los vapeadores y 2.863 en los fumadores.
El equipo de investigación está analizando actualmente a un grupo más amplio de participantes para profundizar en cómo el vapeo influye en la metilación del ADN. Están interesados en determinar si los sabores y aditivos de los cigarrillos electrónicos, así como la duración e intensidad del uso, impactan en la metilación del ADN.
Su meta es desarrollar un perfil molecular para el vapeo que permita evaluar los riesgos asociados a su uso en la población en general.
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