La gigante farmacéutica china Fosum Pharma ha llegado a un acuerdo que le permitirá producir 1.000 millones de dosis anuales de la vacuna de Pfizer–BioNTech contra el COVID-19, informó hoy el sitio Global Times dependiente del Partido Comunista Chino (PCC). El contrato fue alcanzado con BioNTech la socia alemana del laboratorio de los Estados Unidos.
Previamente, las compañías chinas y la germana habían alcanzado un acuerdo de cooperación en 2020 en diversos aspectos relacionados con la producción de vacunas y su almacenamiento. La vacuna de Pfizer-BioNTech es una de las que tiene mayor eficiencia en todo el mundo contra el coronavirus, con cerca de un 95 por ciento.
Fosun Pharma comunicó el domingo a la bolsa de Shanghái que invertirá un máximo de 100 millones de dólares para producir la vacuna con BioNTech, que suministrará la patente y el conocimiento tecnológico. Fosun tiene los derechos exclusivos para suministrar la vacuna en la China continental, Hong Kong, Macao y Taiwán, según el acuerdo.
BionTech anunció además hoy un plan para trasladar su sede central para Asia a Singapur y crear una fábrica en ese país, que “proporcionará capacidad de suministro regional y global”, así como una “capacidad de producción de respuesta rápida”.
Hong Kong y Macao han aprobado el uso de Pfizer-BioNTech para situaciones de emergencia, aunque la vacuna no ha recibido aún la aprobación de las autoridades de Beijing para su uso en China continental.
Según algunas informaciones, el régimen chino podría dar luz verde para la vacuna contra el COVID-19 el próximo julio, lo que la convertiría en la primera extranjera que se aprueba en el país. Sin embargo, este acuerdo no pudo haber sido alcanzado sin el visto bueno de Beijing.
Hasta el momento China ha aprobado cinco vacunas nacionales contra el coronavirus, que han administrado más de 317 millones de dosis de sus sueros entre la población del país.
Beijing prevé tener vacunados a un 40 por ciento de sus habitantes a finales del próximo junio. Estados Unidos ha declarado que apoyaría una suspensión de las patentes de las vacunas en todo el mundo para facilitar su distribución global, a lo que se han opuesto varias compañías farmacéuticas, incluida la estadounidense Pfizer, y algunos gobiernos como el de Alemania.
“Según el comunicado, Fosun Pharma y BioNTech invertirán cada una el 50 por ciento en la empresa conjunta. Fosun Pharma participará con hasta 100 millones de dólares, incluyendo efectivo y activos como instalaciones y fábricas, con una capacidad de producción de mil millones de dosis de vacuna COVID-19 por año, mientras que BioNTech invertirá un máximo de 100 millones de dólares en tecnología de producción y patentes”, señaló Global Times.
América Latina
En América Latina -donde la situación es particularmente compleja- varios países ya consiguieron cerrar sus acuerdos con el laboratorio norteamericano y su par alemán. Así, naciones como Chile, Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia y Uruguay, por citar algunos ejemplos, consiguieron cientos de miles de vacunas para su población. Sin embargo, otros estados donde miles de voluntarios se ofrecieron para probar la fórmula que resultó un éxito de inmunización, no consiguieron concretar su compra. Es el caso de Argentina, donde 6 mil personas participaron de los ensayos en una etapa temprana de las pruebas de eficacia del dosaje.
El acuerdo con China se conoce días después de que se anunciara que la Unión Europea había cerrado la adquisición de 1.800 millones de dosis de Pfizer para su población. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, publicó en Twitter que su oficina “acaba de aprobar un contrato para 900 millones de dosis garantizadas (+900 millones opcionales)”. El nuevo acuerdo, que cuenta con el respaldo de los estados miembro, no afectará solo a la producción de las vacunas, sino que también contempla que sus componentes esenciales procedan del bloque.
Por su parte, hoy BioNTech anunció además la instalación de una planta productora de vacunas en Singapur en la cual “abordará las posibles amenazas pandémicas” en el sureste de Asia y aumentará la capacidad de suministro global de productos candidatos de aquella farmacéutica, también más allá de las vacunas, basada en la tecnología de ARN mensajero (ARNm), anunció la compañía.
Las vacunas de ARNm, como la inyección COVID-19 de BionTech y Pfizer inducen al cuerpo humano a producir una proteína que es parte del virus, lo que desencadena una respuesta inmunitaria.
La compañía de biotecnología alemana dijo que la fábrica de Singapur tendrá una capacidad anual estimada de varios cientos de millones de dosis de sus vacunas de ARNm según el tipo específico, una vez que esté operativa en 2023. “Tener múltiples nodos en nuestra red de producción es un paso estratégico importante en la construcción de nuestra presencia y capacidades globales”, dijo Ugur Sahin, CEO y cofundador de BioNTech.
El director de estrategia de BioNTech, Ryan Richardson, dijo que había discusiones en curso con países de todo el mundo sobre más sitios de producción, pero agregó que la decisión de Singapur fue excepcional.
(Con información de Reuters, Bloomberg, EFE y medios).-
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