El placer de tomar café es algo que puede experimentarse en el desayuno familiar, en medio de la jornada laboral o en una tarde entre amigos. Pero el exceso en el consumo de cafeína puede dañar el funcionamiento del organismo, tanto a nivel físico como mental.
El café no es la única bebida que contiene cafeína porque este antioxidante también se encuentra en gaseosas, energizantes e incluso en el té. Pero el café es el que contiene el más alto nivel de este componente. Por eso es necesario identificar los 3 signos más característicos que esta bebida produce en el organismo: la presión alta, la ansiedad y el dolor abdominal.
Cafeína y presión alta
El primero de los signos que dan cuenta de un exceso de cafeína en el cuerpo es la presión alta. El consumo diario de más de cuatro tazas de café podría desencadenar un aumento significativo en la presión arterial, tal como afirma el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS). Este efecto se inicia aproximadamente media hora después de ingerir la bebida con cafeína y puede persistir incluso cuatro horas después de su consumo. Esta bebida provoca un aumento de la energía al bloquear los receptores de adenosina, el químico responsable de la sensación de somnolencia. Al mismo tiempo, esta acción sobre la adenosina causa presión alta.
Según la Mayo Clinic, la cafeína puede causar un aumento corto pero drástico en la presión arterial, incluso si no se tiene presión arterial alta. La causa de este aumento repentino en la presión arterial no está clara, y la respuesta de la presión arterial a la cafeína varía de una persona a otra.
Cada individuo puede reaccionar de manera diferente a la cafeína y otros alimentos o sustancias. Si experimentas un aumento en la presión arterial después de consumir cafeína, te recomendaría consultar a un profesional de la salud. Debido a que la cafeína puede tener un impacto mayor a largo plazo en la presión arterial, se recomienda que el consumo regular sea menor a cuatro tazas de café diarias. En el caso de personas con historial de presión alta o hipertensión y enfermedades cardiovasculares deben moderar su consumo de esta infusión.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por su sigla en inglés) recomienda que las personas limiten su ingesta diaria de cafeína a 400 miligramos, o alrededor de cuatro o cinco tazas de café de 8 onzas (236 mililitros).
La cafeína y la ansiedad
Otro de los signos de la cafeína ingerida en exceso está relacionado con uno de los trastornos más comunes de la salud mental: la ansiedad. La cafeína estimula la actividad cerebral, lo que puede aumentar la sensación de ansiedad, además de elevar el ritmo cardíaco y el volumen de sangre expulsado por el corazón, lo que puede acelerar su funcionamiento. El impacto de estas alteraciones en el corazón y la actividad cerebral causan inquietud y susceptibilidad.
El consumo excesivo de café también puede llegar a afectar el sueño, dificultando así el control de las emociones relacionadas con la ansiedad, como la preocupación, el miedo y un sentimiento generalizado de temor. Además, una ingesta de cafeína equivalente a cinco tazas de café podría desencadenar ataques de pánico, especialmente en pacientes con ese trastorno, según un estudio de 2022 realizado en Suiza. Este cuadro psicológico es un tipo de desorden de ansiedad, que consiste en sensaciones repentinas de terror, aunque no haya un peligro aparente.
Por otro lado, en el caso de quienes sufren trastornos alimenticios, que a menudo también experimentan altos niveles de ansiedad, se produce un aumento en la frecuencia cardíaca, lo que puede agravar sus síntomas de nerviosismo. Lo más recomendable es elegir alternativas menos estimulantes para el consumo diario, por ejemplo, las personas con ansiedad pueden cambiar el café regular u otro tipo de bebida con cafeína por productos descafeinados.
Dolor abdominal causado por la cafeína
El consumo excesivo de café puede estar asociado a molestias estomacales y dolor abdominal. Este tipo de bebida con cafeína se han vinculado a síntomas del síndrome del intestino irritable, el reflujo gastroesofágico, el cólico o el dolor abdominal.
La cafeína puede provocar un incremento en la producción de ácidos gástricos que originan el reflujo gastroesofágico y la acidez, a su vez en algunas personas, desencadenaría dolor abdominal. Asimismo, se ha evidenciado que la cafeína tiene un efecto estimulante en el sistema digestivo, que podría resultar en molestias estomacales.
En el caso de las personas que ya tienen problemas estomacales o intestinales hay que tener en cuenta la la recomendación del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH): es mejor evitar el consumo de cafeína o reducir al mínimo las tazas de café que se toman a diario.
Además de la cafeína como causante el dolor abdominal, el impacto que una bebida caliente como el café tiene en el sistema digestivo es otro factor que produce dolencias estomacales. Según la Mayo Clinic, se debe evitar el café y otros alimentos y bebidas que contribuyen a la producción de gases y a la distensión abdominal, especialmente en personas con síndrome del colon irritable.