El gigante de los semiconductores Nvidia se coronó este martes como la empresa más valiosa en bolsa del mundo -por delante de Microsoft y Apple- gracias al hasta ahora incesante auge de la inteligencia artificial (IA) generativa, que ha aupado su capitalización hasta los 3,34 billones de dólares.
Guillermo Azábal / EFE
Nvidia se ha disparado un 175 % en lo que va de año, frente al avance del 18,5 % de Microsoft y del 11 % de Apple, que en las últimas semanas también se han ido alternando el trono de la cotizada con más capitalización del planeta.
Pero detrás de este hito -es la primera vez que el fabricante de chips se corona en Wall Street- hay 31 años de historia en los que Nvidia ha ido creciendo exponencialmente, ampliando su presencia de la mano de procesadores gráficos cada vez más avanzados.
Esta empresa con sede en Santa Clara, 75 kilómetros al sur de San Francisco, nace en 1993 por un proyecto de Jen-Hsun Huang (61 años), un emprendedor taiwanés que se licenció en la Universidad Estatal de Oregón, se mudó a California para graduarse en Stanford y, posteriormente, creó Nvidia.
Crecimiento con videojuegos
Desde sus inicios, Huang, junto a sus compañeros Chris Malachowsky y Curtis Priem, se metieron de lleno en el mercado de los chips gráficos para PC y juegos multimedia, donde apenas competían dos decenas de compañías.
El procesador NV1, una tarjeta gráfica vendida con el nombre Diamond Edge 3D, le abrió el camino hasta Sega, la compañía japonesa líder en videojuegos de tipo ‘arcade’, que lanzó el popular Virtual Fighter con gráficos 3D de Nvidia.
Este éxito les llevó a lanzar en 1999 las primeras unidades de procesamiento de gráficos (GPU, en inglés) del mundo, circuitos electrónicos como el GeForce 256 que permitían innovar con cálculos matemáticos a alta velocidad.
Para entonces también comenzaron sus primeras alianzas con Microsoft, que seleccionó a Nvidia para diseñar las tarjetas gráficas de su famosa consola Xbox a principios del siglo XXI.
En 2001, la empresa se incorpora al selectivo S&P 500 tras convertirse en la compañía de semiconductores que más rápido había alcanzado los mil millones de dólares en ingresos.
Su vínculo con el mercado de los videojuegos volvió a quedar demostrado apenas un lustro después, cuando Nvidia anunció en 2005 que estaba desarrollando los procesadores de la popular videoconsola PlayStation 3, de Sony.
Más tarde, el desarrollo de potentes GPUs que se adaptaban rápidamente a las necesidades de marcas como Apple -en sus revolucionarios MacBook- y procesadores para tabletas Android marcaron su siguiente década.
La fiebre de la IA generativa, sin final en el horizonte
En 2016 comienza el idilio de la ya empresa -que cuatro años después sería la primera compañía de semiconductores de EE.UU. por capitalización de mercado- con la Inteligencia Artificial.
Aunque, el gran subidón de Nvidia -que alcanzó los 2 billones de capitalización hace solo 79 días- vino con ChatGPT, el ‘chatbot’ de OpenAI que usa sus microchips, en 2022.
Los desafíos de la IA generativa en compañías como Microsoft, Apple u OpenAI -entre otras- han aumentado la fiebre por los semiconductores debido a su enorme capacidad para producir textos, fotos y videos a partir de órdenes digitales formuladas en lenguaje corriente.
No queda claro aún hasta dónde llegará el fenómeno de ‘la gallina de los huevos de oro’ de la IA, que ha catapultado a Nvidia. De hecho, lejos de vislumbrar un retroceso, los inversores se preguntan ahora cuál de las tres cotizadas -Microsoft, Apple o la empresa cofundada por Huang- alcanzará antes la capitalización récord de 4 billones.
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