Fiona Cicconi, jefa de recursos humanos de Google, escribió hace unos días a los empleados de la compañía para anunciarles que se adelantaba su calendario para volver a la oficina.
A partir del 1 de septiembre, les dijo, aquellos que deseen trabajar desde casa durante más de 14 días tendrán que presentar una solicitud formal.
También se espera, añadió, que los empleados “vivan a una distancia que les permita desplazarse diariamente” a las oficinas. Así que nada de cócteles en la playa con una computadora portátil.
El mensaje quedó claro: puede haber más flexibilidad que antes, pero la mayoría de los trabajadores tendrán que ir a la oficina.
Esa idea parece ir en contra de gran parte de lo que escuchamos de los ejecutivos de Silicon Valley el año pasado, cuando defendieron las virtudes del trabajo remoto.
Por ejemplo, Jack Dorsey, cofundador de Twitter, fue noticia en todo el mundo en mayo pasado, cuando dijo que los empleados de la red social podían a partir de entonces “trabajar desde casa para siempre”.
Se especuló que después de la pandemia de covid-19, la “nueva normalidad” para las empresas de Silicon Valley sería una fuerza laboral fuertemente orientada al trabajo remoto, con solo un mínimo de personal en la oficina.
Cada vez parece más claro que eso no va a suceder.
Y es que, si nos fijamos bien en las declaraciones de los jefes de las tecnológicas, hay matices que la prensa había pasado por alto.
Por ejemplo, cuando Dorsey dijo que los empleados de Twitter podrían trabajar en casa “para siempre”, agregó: “Si nuestros empleados desempeñan un rol que puedan desempeñar desde casa y están en una situación que les permita hacerlo”.
Es una condicionante bastante importante.
Y, de hecho, Twitter aclaró que espera que la mayoría de su personal pase algún tiempo trabajando desde casa y algún tiempo en la oficina.
Casi todas las empresas de tecnología de Silicon Valley afirmaron que ahora están comprometidas con el trabajo “flexible” o “híbrido”.
El problema es que esos términos pueden significar casi cualquier cosa.
¿El viernes libre? ¿O una relación de trabajo completamente diferente con una oficina física?
Microsoft prevé que “trabajar desde casa parte del tiempo (menos del 50%) será el estándar para la mayoría de los puestos” en el futuro.
Hay mucho margen de maniobra en las palabras “menos del 50%”.
Amazon también les comunicó a sus empleados lo siguiente: “Nuestro plan es volver a una cultura centrada en la oficina como estándar. Creemos que nos permite inventar, colaborar y aprender juntos de manera más efectiva”.
No es exactamente un respaldo rotundo a la nueva era del trabajo desde casa.
Parte de la duda es que, aunque muchos empleados quieren más flexibilidad, todavía no está del todo claro qué tipo de modelo funciona para las empresas.
“Ninguno de nosotros lo ha podido resolver”, dijo Carolyn Everson, vicepresidenta global de ventas de Facebook, al hablar de los arreglos actuales para trabajar desde casa.
“Estamos inventando sobre la marcha”.
El atractivo del trabajo remoto
Prithwiraj Choudhury, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard y defensor del trabajo remoto, dice que las compañías de tecnología llevan mucho tiempo a la vanguardia de este modelo.
“Los primeros que lo adoptaron y las empresas que están siguiendo este modelo de trabajo remoto y construyen la organización en torno a él tendrán una gran ventaja para atraer talento”, dice.
Esa es ciertamente la esperanza.
Ninguna empresa de tecnología quiere perder empleados capaces frente a rivales que les permitan trabajar de manera más flexible.
Empresas como Spotify son las que ahora ofrecen prácticas laborales más “flexibles” a su personal.
“Nuestros empleados podrán trabajar a tiempo completo desde casa, desde la oficina o combinar ambas modalidades”, dijo la compañía en un comunicado reciente.
“La combinación exacta del modo de trabajo en casa y en la oficina es una decisión que cada empleado y su gerente toman juntos”.
Pero también agregó: “Es probable que haya que hacer algunos ajustes en el camino”.
Entonces, la definición del trabajo flexible de Spotify es muy diferente a la de Google, que a su vez es muy diferente a la de Amazon.
Trabajar desde casa cuando no hay una oficina abierta es una cosa. Pero el trabajo remoto se pondrá realmente a prueba cuando las oficinas comiencen a abrirse, digamos, al 50% de su capacidad.
Cuando las reuniones se lleven a cabo en parte en persona y en parte por Zoom, ¿funcionará la dinámica tan bien?
Y cuando algunos miembros del equipo traten con los gerentes cara a cara, ¿los trabajadores remotos se sentirán en desventaja?
Hace unas semanas IBM anunció su propuesta de sistema de trabajo remoto, con el 80% de la fuerza laboral trabajando al menos durante tres días a la semana en la oficina.
“Cuando la gente trabaja en remoto, me preocupa cuál será su trayectoria profesional”, dijo el director ejecutivo de IBM, Arvind Krishna.
“Si quieren convertirse en gerentes, si quieren tener cada vez más responsabilidades o si quieren construir una cultura dentro de sus equipos, ¿cómo vamos a hacerlo de forma remota?”, se preguntó.
Curiosamente, estamos a punto de descubrir qué funciona y qué no, porque las empresas de tecnología están adoptando muchos enfoques diferentes.
Y como gran parte de la vida moderna, otras empresas están mirando hacia la costa oeste de Estados Unidos para ver qué funciona aquí y qué no.
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