En Londres 2012 alcanzó la medalla de oro en esgrima, otorgándole la tercera presea dorada en la historia a Venezuela. Desde entonces ha sido un referente en el deporte, sin embargo, también sufre el abandono del Estado y las consecuencias de la COVID-19.
Rubén Limardo sigue entrenando en Polonia, su segundo país, donde perfeccionó su técnica que tanto le ayudó para llegar a la cúspide en la disciplina. Allí, piensa en Tokio 2020 donde ya tiene un cupo asegurado en lo que podría ser sus últimos Juegos Olímpicos.
Paralelamente, debe trabajar para mantener a su familia. «Desde hace 5 años soy padre de familia», expresó en su cuenta en Twitter, donde colgó una fotografía suya haciendo delivery en bicicleta.
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«Si estás en Lodz – Polonia y pides es posible que tu comida la entregue un campeón que decidió no rendirse jamás», expresó.
Limardo se vio en la necesidad de «buscar una alternativa de ingresos» como muchos de sus compañeros atletas.
«No he dejado ni un día de entrenar, sin embargo no podía sentarme a esperar los recursos que debo ganar por mi labor de atleta», acotó en Twitter.
El esgrimista aprovechó para recordar que no goza de privilegios, pese a darle una gloria a su país.
«En un año normal hoy estaríamos hablando de lo que sucedió en Tokyo 2020, pero ya ven que no es así. La crisis de mi país, la pandemia y perseguir un sueño a veces no es tan buena combinación», concluyó.
En un año normal hoy estaríamos hablando de lo que sucedió en Tokyo 2020, pero ya ven que no es así. La crisis de mi país, la pandemia y perseguir un sueño a veces no es tan buena combinación.
— Rubén Limardo Gascón (@rubenoszki) November 9, 2020
Que además del deporte tengo un segundo trabajo para ganarme la vida y mantener mi hogar. No he dejado ni un día de entrenar, sin embargo no podía sentarme a esperar los recursos que debo ganar por mi labor de atleta.
— Rubén Limardo Gascón (@rubenoszki) November 9, 2020
Yo, la última medalla de oro olímpica de Venezuela también salgo a la calle a trabajar todos los días para ir de la mano por los sueños que aún me quedan por cumplir.
Ajustarse a los cambios es definitivamente un trabajo para valientes.
— Rubén Limardo Gascón (@rubenoszki) November 9, 2020
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