Pedro Zavala, paramédicos en el poblado ecuatoriano de Machala, se apresuraba el jueves a llegar a la mayor ciudad del país con un equipo de valor inestimable: un respirador.
Era la segunda vez esta semana que Zavala hacía el viaje de 120 millas a Guayaquil, que se ha convertido en el epicentro de la crisis del coronavirus en Ecuador.
“En los hospitales se está acabando todo”, dijo Zavala en una entrevista por teléfono. “La gente está buscando de todo, tanques de oxígeno, respiradores, mascarillas, cualquier cosa”.
Guayaquil, una calurosa ciudad costera de 2.3 millones de habitantes, ha sido afectada por el coronavirus más fuerte que la mayor parte de las áreas metropolitanas en las Américas. Imágenes compartidas en las redes sociales muestran a pacientes que tosen mientras languidecen en hospitales abarrotados, personas lanzadas a morir en las aceras.
La ciudad está abrumada, dijo la alcaldesa Cynthia Viteri, quien también dio positivo al coronavirus.
“¿Qué está pasando el sistema de salud pública del país? No retiran a los muertos de las casas, los dejan en las veredas”, dijo en Facebook. “Las familias deambulan por toda la ciudad tocando puertas para que los atiendan o los reciban en un hospital, pero ya no hay más camas”.
La ciudad ha echado mano a un fondo de $10 millones destinado a financiar las celebraciones del bicentenario de Guayaquil para comprar 50,000 kits adicionales de pruebas rápidas, 40 respiradores portátiles y 20 respiradores para salas de terapia intensiva. También ha comprado cuatro camiones refrigerados para manejar el exceso de fallecidos.
Las macabras escenas han hecho de Guayaquil una especie de advertencia para América Latina.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, quien ha tomado algunas de las medidas más estrictas en la región para detener la propagación del coronavirus, dijo que lo que ocurre en Ecuador debe ser un llamado de alerta.
“Dicen que la pandemia no tocaría tan fuerte a América Latina porque estamos acostumbrados a las enfermedades, porque hay calor, porque la población es joven, etc, etc”, escribió en Twitter. “Miren lo que está sucediendo en Ecuador. Si no se ven reflejados en el espejo de Italia, España o Nueva York, mírense entonces en ese”
Ecuador tiene uno de los mayores índices de infección en toda América Latina, pero el virus ha sido particularmente cruel con Guayas, la provincia donde está Guayaquil.
De los 2,240 casos en Ecuador, 1,563 están en Guayas. Si esa provincia fuera un país, tendría más casos de coronavirus que cualquier otro país de la región, con la excepción de Brasil y Chile, según información de la Organización Panamericana de la Salud.
El segundo mayor brote en Ecuador es en Pichincha, donde está la capital, Quito. Pero solo tiene 211 casos confirmados, según el Ministerio de Salud Pública.
¿A qué se debe una diferencia tan significativa? Parte del problema parece ser el momento en que ocurre, dijeron autoridades de salud pública.
Guayaquil y Quito tienen calendarios escolares diferentes. En Guayaquil y a lo largo de la costa, los niños están de vacaciones hasta después del feriado de Pascuas.
“Todos andaban de fiesta, o había clases en las escuelas y universidades, estaban celebrando y preparándose para la Semana Santa”, dijo Zavala, el paramédico. “La gente estaba en las playas, en las calles, en todas partes”.
En Quito y en las regiones a más altura, en comparación, las clases seguían y todo era normal, había un distanciamiento social natural.
El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, declaró el estado de emergencia el 11 de marzo y días después cerró las fronteras, impuso un toque de queda, canceló las clases y ordenó a la población quedarse en casa.
Peo la población muchas veces hizo caso omiso de las reglas, particularmente a lo largo de la costa, según cifras del gobierno.
En un discurso a todo el país la semana pasada, Moreno criticó con fuerza a los que todavía no acataban las reglas de distanciamiento social.
“Es un crimen, es terrorismo”, dijo. “Se pueden perder vidas debido a esa irresponsabilidad”.
La crisis del coronavirus se está desarrollando de maneras extrañas en Guayaquil, dijo Zavala. Algunos de los fallecimientos reportados no tienen nada que ver con el coronavirus, sino son pacientes que huyeron de los hospitales por temor a contagiarse y murieron en su casa.
“La verdad es que la situación es muy complicada aquí”, dijo. “Esto es duro”.
Con información de El Nuevo Herald