Autoridades militares y judiciales de Estados Unidos fueron alertados sobre una presunta «amenaza activa» proveniente de Irán contra altos cargos norteamericanos, según reveló NBC News.
Las evidencias obtenidas por agentes de inteligencia indican que se puede tratar de un posible intento de represalia por parte de Teherán por la muerte del general Qassem Soleimani, quien fue dado de baja en Bagdad en un ataque con drones en enero pasado.
No obstante, los funcionarios con conocimiento del asunto aclararon que hasta el momento la información proporcionada a las autoridades no estableció un vínculo definitivo con ese caso.
De acuerdo a dos de esas fuentes, los datos de inteligencia incluyen una lista de los nombres de los líderes militares que son el objetivo principal. Esas identidades no fueron reveladas.
“Trump, nuestra revancha por el martirio de nuestro gran comandante es cierta, seria y real, pero somos respetables y nuestra revancha será equitativa y justa”, expresó el general Hossein Salami, líder de los Guardianes de la Revolución de Irán, en alusión a la muerte de su predecesor, el general Soleimani. Desde entonces, el régimen persa amenazó a Estados Unidos con represalias.
El pasado mes de septiembre, un alto funcionario del Departamento de Defensa fue perseguido durante 11 kilómetros por un sujeto en una camioneta. Al ser detenido, se constató que se trataba de un ciudadano iraní. Desde entonces, se han realizado reuniones periódicas informativas entre el FBI, la CIA y los altos mandos militares.
Tras el incidente, el Pentágono emitió una alerta a sus funcionarios, y compartió la información con la policía federal. En la información proporcionada incluyeron fotos del conductor y del vehículo, así como la matrícula del mismo. Asimismo, durante las reuniones informativas que se desarrollaron entre las fuerzas de seguridad también se entregaron datos sobre las cuentas de Facebook e Instagram del conductor, donde se puede observar que mantiene contactos con gente en Irán y Afganistán, apuntaron las fuentes.
“El Departamento de Defensa se toma en serio la seguridad de todo nuestro personal (…) No discutiremos la inteligencia con respecto a las amenazas potenciales a los líderes de alto nivel ni la gama de medidas de protección de la fuerza que tenemos en marcha para hacer frente a estas amenazas”, dijo el portavoz del Pentágono Jonathan Hoffman.
Hoffman agregó que también se extremaron las medidas de seguridad para los viajes internacionales de los funcionarios del Departamento de Defensa: “Estamos constantemente evaluando el entorno de la amenaza”.
Ejemplo de esto último fue el reciente viaje del Secretario de Defensa norteamericano, Mark Esper, quien se trasladó a Medio Oriente y el sur de Asia esta semana, bajo un estricto hermetismo y en secreto, lo que sugiere una mayor preocupación por la seguridad. A los reporteros que viajaban con Esper, incluso, no se les permitió informar de sus visitas a Bahrein e Israel hasta después de que salieran de cada país.
Esta alerta viene en un contexto bastante peligroso para Venezuela por su relación con Irán, luego que Nicolás Maduro admitiera que el país podría adquirir misiles a Teherán.
Esta semana, funcionarios en Washington expresaron que no permitirán que armas iraníes lleguen a la región.
Con información de Infobae
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