El equipo de defensa de Matthew John Heath presentó en corte una narrativa diferente a las acusaciones del régimen de Nicolás Maduro de que el exmarine es un espía estadounidense que fue atrapado en Venezuela con armas y explosivos.
El Nuevo Herald | Kevin Hall, Antonio María Delgado y Michael Wilner
En una presentación que recoge el contenido de documentos introducidos ante el Relator Especial sobre la Tortura de las Naciones Unidas, el equipo de Heath argumenta que el exmilitar estadounidense había sido retenido contra su voluntad en la violenta frontera entre Colombia y Venezuela y que él es cualquier cosa menos un espía.
El informe introducido el 22 de marzo ante la ONU — obtenido por el Miami Herald, el Nuevo Herald y la oficina en Washington de McClatchy—alega que Heath fue torturado poco después de su arresto, describiendo como agentes del régimen le colocaban una pistola a la cabeza, le aplicaban descargas eléctricas y le colocaban bolsas de plástico para que no pudiera respirar.
La versión de los hechos brindado por la familia y el equipo de defensa es que Heath estaba visitando a unos amigos en la zona fronteriza, donde fue secuestrado en un incidente en que su abogado, Guillermo Heredia, describió en un programa de radio por internet como un plan de extorsión.
Los hechos de las dos versiones son difíciles de verificar de forma independiente. Heredia planeaba cuestionar en corte los informes policiales iniciales y las fotos en la audiencia prevista para el jueves, pero está fue suspendida por la falta de comparecencia de los reos de otras prisiones, dijo el equipo defensor.
Según Heredia, los informes policiales muestran a Heath y tres venezolanos desfilando ante los medios locales por tener una gran cantidad de dólares estadounidenses entre ellos. Al parecer, fueron detenidos el 8 de septiembre de 2020, el informe policial fue presentado el 9 de septiembre y Heath apareció por primera vez en la prensa venezolana el 10 de septiembre.
Posteriormente, cinco días después de la aparición inicial de Heath ante los medios locales, el Fiscal General, Tarek William Saab, apareció en la televisión nacional diciendo que se había frustrado un complot de la CIA y que Heath era un espía que tomó fotos sensibles, tenía lanzacohetes en la maleta del auto al igual que rifles de gran potencia. Asimismo, el fiscal mostró el arsenal en transmisiones de televisión, alegando que tenía un teléfono satelital encriptado.
Pero en una grabación emitida el miércoles por la noche, Heredia dijo que Heath fue detenido solo porque efectivos de la Guardia Nacional querían quedarse con su teléfono satelital.
El régimen alega que en el teléfono satelital y en otro teléfono habían fotos sobre las instalaciones petroleras de la zona. “Eso es falso. Eso no consta en forma alguna en ninguna de las actuaciones del expediente.”
Según el abogado, Heath y los acompañantes en el vehículo tampoco llevaban las armas que alega el régimen. El lanzacohetes que supuestamente llevaban es demasiado grande como para ser llevado en la maleta del auto compacto en que iba, un Chevy Arauca, argumenta la defensa
Los documentos de la corte también enfatizan que el primer informe policial señalaba que los detenidos no llevaban ningún tipo de armas.
En cuanto a lo del teléfono satelital, la familia insiste en que es un dispositivo del tipo que las tripulaciones de naves pequeñas suelen llevar consigo para poderse comunicar cuando navegan y que no es nada como lo que fue descrito por las autoridades.
Heath, oriundo de Tennessee y padre de un niño de 12 años, sirvió en las guerras de Irak y Afganistán como infante de marina. Fue condecorado y luego se desempeñó como empleado de seguridad. Su familia dice que Heath, quien cumplirá 40 años el 8 de julio, había gastado los ahorros de su vida en un barco de arrastre de 53 pies llamado Purple Dream, con la esperanza de iniciar una carrera como capitán de viajes chárter.
Inicialmente, su familia dijo que desconocía lo que estaba haciendo en Venezuela y creían que se trataba simplemente que él estuvo en el lugar y en el momento equivocado. No obstante, la familia luego expandió la versión, señalando que antes de ser arrestado, el exmilitar había sido secuestrado.
A través de un representante, la familia dijo que realizó una serie de envíos de dinero a Heath, quien solicitó el dinero porque se encontraba en problemas. La familia hizo nueve pagos por un total de $21,650 entre finales de marzo y hasta el 8 de septiembre de 2020, el día en que se cree que Heath fue detenido en un puesto de control policial en Venezuela.
Según la versión, el dinero fue depositado en la cuenta bancaria de Heath en Estados Unidos, y luego fue retirado a través de cajeros automáticos fuera de Estados Unidos. Los supuestos pagos variaron en tamaño entre $100 y $5,350.
Los familiares dijeron que Heath nunca les dijo que se encontraba en cautiverio o que lo estaban extorsionando, solo que estaba atrapado sin poder salir del país y que necesitaba ayuda. La familia dijo que él no es el tipo de persona como para pedir dinero a una familia que no lo tiene, y que entendieron de inmediato que algo andaba mal.
Un artículo publicado por la agencia AP en octubre detallaba el cronograma de Heath en Colombia y cómo había sido arrestado tierra adentro en la ciudad colombiana de Bucaramanga el 25 de marzo de 2020, acusado de estar en posesión de 39 cartuchos de bala, aunque no tenía un arma en su persona. La fecha coincide con la época en que la familia dijo que comenzó a enviarle dinero a Heath en lo que suponían era pagos para cubrir la presunta extorsión o secuestro.
Tamara Suju, abogada venezolana y la activista de derechos humanos que presentó el informe ante la ONU el 22 de marzo, dijo que Heath solo estaba tratando de regresar a casa cuando fue arrestado en Venezuela.
“Lo que dijo en su primera audiencia [en febrero] fue que tenía su barco anclado en Aruba y lo único que quería era salir de Venezuela, después de pasar por la experiencia de ser secuestrado, para poder regresar a casa”, dijo Suju, quien también es miembro del equipo de defensa de Heath.
Entre tanto, Heath inició una huelga de hambre, enojado porque no ha podido hablar con sus abogados, dijo la familia.
La huelga parece haber tenido algo de éxito, al menos el martes, cuando finalmente se reunió con su abogado faltando dos días para su audiencia del jueves que fue suspendida a última hora.
Recibida a través de un intermediario, una foto muestra una enorme pila de documentos legales que Heredia dijo haber recibido solo dos días antes del procedimiento judicial.
En los propios documentos legales de Heredia hay copias de las fotos de la presentación inicial de Heath a los medios, donde no se mostraron armas, y fotos de la maleta del auto, donde inicialmente no se reportó hallar armas pesadas ni lanzacohetes.
Pero aún queda sin responder una pregunta clave. ¿Qué es lo que Heath hacía en la peligrosa zona fronteriza entre Colombia y Venezuela y cómo fue que terminó en Venezuela, en momentos en que el régimen de Maduro y Estados Unidos atraviesan por tensas relaciones?
El informe de Suju dijo que Heath despertó las sospechas de los soldados venezolanos a porque llevaba el teléfono satelital, moneda extranjera, dos cuadernos para anotar y un pasaporte estadounidense.
El informe, citando los documentos oficiales venezolanos introducidos en el expediente del caso, dijo que Heath estaba acompañado por dos hombres buscados por “traición a la patria” y eso llevó a los soldados a comunicarse con los funcionarios de inteligencia.
Heath tenía solo $20 en su persona, afirma el informe a la ONU, y tal como argumenta de Heredia, en el vehículo no habían explosivos, ni armas de guerra, ni mucho menos un lanzacohetes, tal como afirmó el Fiscal General de Venezuela.
Durante sus primeros días de cautiverio, Heath fue torturado a pesar de que hablaba poco español y no entendía qué le preguntaban sus interrogadores, agrega el informe.
“La intención y el objetivo de la tortura era lograr que la víctima declarara que era un agente de la CIA y que el gobierno de Estados Unidos estaba al tanto de sus actividades”, dice el informe de Suju. “Le colocaron un arma en la cabeza para intentar forzarlo y le dijeron que lo iban a matar si no hablaba”.
Siendo un infante de marina retirado, Heath probablemente estaba al tanto de que Venezuela se encuentra en una situación de conflicto con Estados Unidos, que para entonces había ofrecido una recompensa de $15 millones por la captura de su líder, Nicolás Maduro.
De la misma manera, la administración Trump dio el paso inusual de afirmar que el legislador opositor Juan Guaidó era el legítimo líder constitucional de Venezuela y dejó de reconocer al gobierno de Maduro, que sin embargo parece firmemente en control de las cosas dentro de Venezuela.
El arresto de Heath se produjo cuatro meses después de que un pequeño grupo de desertores miliares venezolanos lanzaran un fallido golpe por derrocar a Maduro en mayo del 2020.
La banda de insurgentes que llegaban en barco desde Colombia fueron masacrados por las tropas venezolanas que los esperaban cuando llegaban a la costa, siendo el complot aparentemente traicionado internamente. Dos ex Boinas Verdes que trabajaban con la empresa de seguridad de la Florida Silvercorp USA fueron capturados en esa operación y luego condenados a 20 años de prisión.
Se desconoce si existe alguna conexión entre Heath y el fallido golpe de estado. Silvercorp USA ayudó a capacitar a los aspirantes a libertadores, quienes fueron entrenados en la peligrosa región fronteriza.
Una investigación realizada por el Herald, el Nuevo Herald y el McClatchy Washington Bureau mostró que al menos algunos miembros de la administración Trump tenían conocimiento previo del esfuerzo golpista, y algunos encuentros de planificación incluso ocurrieron en uno de los campos de golf de Trump Doral al oeste de Miami.
El gobierno de Biden está siguiendo de cerca el caso de Heath, incluyendo los acontecimientos en Venezuela el jueves, pero no quiso comentar sobre las acusaciones de su tortura, citando preocupaciones de privacidad.
“El bienestar y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses en el extranjero es una de las más altas prioridades del Departamento de Estado”, dijo un alto funcionario de la administración.
El exgobernador de Nuevo México, Bill Richardson, ex embajador de la ONU que ahora negocia en privado la liberación de los estadounidenses detenidos en el extranjero, incluidos otros en Venezuela, se negó a comentar a través de un portavoz sobre la situación de Heath.
Un portavoz de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, confirmó que la oficina está al tanto de los procedimientos de Heath.
“Estamos al tanto del caso y lo estamos siguiendo”, dijo el portavoz en un comunicado, y señaló que cualquiera de los 56 relatores especiales puede tener la denuncia de Suju. “Sin embargo, no comentamos casos individuales sin el consentimiento expreso de la fuente”.
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