Una de las pandillas más grandes de El Salvador ha venido reactivando las rutas de la cocaína en Centroamérica. Se trata de la MS13 que ha hecho incursiones en territorios fronterizos que antes eran controlados exclusivamente por los grandes grupos de traficantes de ese país.
La dinámica del narcotráfico ha hecho cambios y el portal de investigación InSight Crime realizó un rastreo de cómo han venido actuando las pandillas en El Salvador en las rutas de la cocaína en Centroamérica.
La investigación que lleva dos años, incluyó visitas a siete departamentos fronterizos y a San Salvador, la capital del país.
InSight Crime presentó a través de un audiovisual las conclusiones de su investigación:
La reactivación de las rutas de la cocaína en Centroamérica vía terrestre
El aumento de la actividad de tráfico a lo largo de las rutas terrestres en el este de El Salvador se hizo evidente gracias a las grandes incautaciones de cocaína en su trayecto desde Nicaragua hacia El Salvador.
Las autoridades salvadoreñas incautaron 2,7 toneladas de cocaína entre enero y noviembre de 2020, es decir, 1,3 toneladas más que en todo 2019, según datos oficiales.
Este aumento de incautaciones en ese tiempo se produjo en un momento difícil para los grupos del narco con más poder en El Salvador: el Cartel de Texis y Los Perrones.
Estos grupos criminales dejaron tras de sí una fragmentada red de tráfico de estupefacientes a cargo de grupos más pequeños, ninguno de los cuales parece haber llegado a ser dominante.
“Ahora lo que vemos es una mezcla entre facciones o exintegrantes de estos carteles que compiten en algunas zonas con aspirantes a ingresar en el narcotráfico”, explicó Ángela Olaya, administradora del proyecto de investigación de InSight Crime.
En el departamento de San Miguel, al oriente del país, que históricamente ha sido un centro operativo de narcotraficantes, la reactivación de las rutas de la cocaína en Centroamérica ha coincidido con el resurgimiento de negocios que solían estar vinculados al lavado de dinero.
Cómo ha sido la actuación de las pandillas en la reactivación de las rutas de la cocaína en Centroamérica
La MS13 y Barrio 18 son pandillas que gozan en la actualidad de un gran control territorial en El Salvador. Estas han logrado utilizar dicho control para influir en alcaldes y políticos que a menudo cuentan con las pandillas como interlocutores.
Dichas relaciones incluyen un supuesto pacto informal acordado entre sectores del gobierno nacional de El Salvador y las pandillas, lo que ha permitido una reducción en la tasa nacional de homicidios.
Mientras tanto el presidente Nayib Bukele niega haber establecido algún diálogo con las pandillas, aunque sus interacciones con la MS13 y Barrio 18 se remontan a su época como alcalde de San Salvador.
La MS13 es la dueña de la ruta internacional de la cocaína
Tanto ha sido el éxito de la MS13 en el narco que ahora es considerada una empresa en el narcotráfico transnacional.
El departamento de La Unión, en la costa pacífica, es su centro de operaciones apoderándose de un tramo de la ruta marítima de cocaína que conecta a Nicaragua y El Salvador a través del Golfo de Fonseca.
Esta zona era controlada por un traficante que se la había arrebatado a los cabecillas del clan de Los Perrones mientras estaban en prisión, pero luego fue asesinado por su propio primo.
Este, junto con una célula de la MS13 conocida como Hempstead Locos Salvatruchos (HLS), se apoderó luego de la ruta, como lo señala la investigación de InSight Crime en La Unión.
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