El Ministerio británico de Asuntos Exteriores convocó al embajador ruso en Londres, Andrey Kelin, para mostrar la «profunda preocupación» de las autoridades sobre las informaciones que apuntan a la muerte del británico Paul Urey en el territorio ucraniano controlado por Rusia.
«Estoy impactada por escuchar reportes sobre la muerte del trabajador humanitario Paul Urey mientras estaba detenido por aliados rusos en Ucrania. Rusia debe soportar la plena responsabilidad por esto», subrayó la ministra de Exteriores, Liz Truss, en un comunicado.
A juicio de la jefa de la diplomacia británica, Urey fue capturado «mientras llevaba a cabo trabajo humanitario», ya que esta en Ucrania para «ayudar a gente ante la invasión rusa».
«El Gobierno ruso y sus aliados continúan cometiendo atrocidades, y los responsables serán llevados a la Justicia. Mis pensamientos están con la familia y amigos de Urey en este momento horroroso», agregó.
El alto funcionario que ha convocado al embajador, Tim Barrow, recibió instrucciones de recordarle que Rusia «debe cumplir sus obligaciones bajo el derecho humanitario internacional, incluido el respeto y la protección de todos los civiles».
Además, también le hará saber que Londres responsabiliza a Moscú de la seguridad de los civiles en las regiones de Donetsk y Lugansk, controladas por separatistas prorrusos y a las que el Reino Unido no reconoce como independientes.
Urey, capturado en abril por las fuerzas prorrusas en el este de Ucrania y acusado de haber combatido como mercenario en el Donbás, falleció el domingo pasado en un penal de la autoproclamada república popular de Donetsk, informó hoy la defensora del Pueblo rusa, Daría Morozova.
En el primer examen médico diagnosticaron a Urey «una serie de enfermedades crónicas», indicó a la agencia de noticias de Donetsk (DAN).
Entre ellas se detectaron la diabetes insulinodependiente, daños en el sistema respiratorio y los riñones y una serie de enfermedades del sistema cardiovascular, según Morozova.
Además, añadió la defensora del Pueblo de la autoproclamada república de Donetsk, Urey «se encontraba en un estado psicológico deprimido debido a la indiferencia por su destino en su tierra natal».
La política separatista sostuvo que Urey comprendió que «los representantes británicos ignoraron incluso la posibilidad de negociar su regreso como parte del procedimiento de intercambio de prisioneros».
Además, sostuvo, no proporcionaron los suministros médicos necesarios a través del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
EFE
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