La escalada de violencia de los últimos días en Ecuador también ha puesto en alerta al vecino Brasil. El temor a que los volúmenes del narcotráfico ecuatoriano se desplacen al gigante latinoamericano en los próximos meses es elevado. Fuentes de investigación han revelado a Infobae la presencia desde hace tiempo en Ecuador, especialmente en el puerto de Guayaquil, de miembros del principal grupo criminal brasileño, el Primer Comando de la Capital (PCC), que opera allí junto a cárteles mexicanos y las mafias albanesa e italiana, la ‘ndrangheta. El caos de estos días, de continuar, podría, según los expertos, afectar a la logística del narcotráfico, que desde Ecuador transporta toneladas de cocaína a Europa y Estados Unidos, a pesar de que Ecuador no es un país productor. Así, con la ayuda del PCC, la logística del narcotráfico podría trasladarse masivamente a Brasil, donde el mercado de la cocaína es muy rico desde hace años.
Aquí operan los mismos grupos criminales extranjeros mencionados, con la gran novedad del Cartel de Sinaloa, interceptado por primera vez en San Pablo y en el estado de Amazonas el año pasado, según las investigaciones para colaborar en la producción de fentanilo.
Por Infobae
Ya habían surgido contactos con cárteles mexicanos en 2014 cuando la Policía Federal brasileña descubrió que el PCC había enviado un cargamento de prueba de 20 ladrillos de cocaína a Vera Cruz (México), donde está presente el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). En 2019, una investigación de la Policía Civil también había identificado pistas de que el cártel mexicano de Sinaloa era un proveedor de droga a gran escala para el PCC y que abastecía tanto al mercado nacional como exportaba droga a Europa. Incluso se había encontrado una foto con el emblema del grupo mexicano en el teléfono móvil de un narcotraficante brasileño. También se especula con que Gilberto Aparecido dos Santos, conocido como Fuminho, uno de los principales interlocutores del PCC con traficantes bolivianos y arrestado en Maputo (Mozambique) en 2020, tenía contactos con el cártel de Sinaloa. Además, en el pasado, algunos líderes del narcotráfico mexicano fueron detenidos en Brasil. En 2019, Lucio Rueda Bustos, catalogado como uno de los jefes del cártel de Juárez, terminó preso en Brasilia. En 2017 fue el turno de Jafet Arias Becerra, conocido como El Chepa del CJNG, quien oficialmente estaba de vacaciones en Brasil, donde también había llegado con una identidad falsa en 2015 y 2016.
A pesar de estas relaciones con los criminales mexicanos, el PCC ha hecho hasta ahora poco por mexicanizarse. Ha preferido un enfoque empresarial del tráfico de cocaína a las sangrientas guerras territoriales. Sin embargo, no han faltado capítulos extremadamente violentos: desde la “Salve Geral”, el bloqueo total de San Pablo impuesto desde las prisiones durante una semana en mayo de 2006 por el PCC, tal y como está ocurriendo ahora en Ecuador, hasta levantamientos carcelarios contra grupos rivales, algunos acabados en decapitaciones y mutilaciones de todo tipo como las de 2017. El PCC también ha imitado a los cárteles mexicanos en el uso criminal de drones comerciales, al menos desde 2017, cuando los utilizó con fines de reconocimiento en Paraguay para organizar el espectacular asalto a un carro de valores de Prosegur.
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