Cuando el Condado Miami-Dade emitió una nueva orden el 9 de julio, donde limitaba a los restaurantes a solo servir comidas al aire libre y para llevar, para tratar de mitigar la propagación del coronavirus, lo que hizo García-Menocal fue cerrar a la vez los cuatro restaurantes de su compañía.
Por El Nuevo Herald
Stubborn Seed, a cargo del célebre “Top Chef” Jeremy Ford, y Root & Bone, Stiltsville y Mi’talia Kitchen, que administra la pareja del sur de la Florida formada por Janine Booth y Jeff McInnis, todos cerraron temporalmente.
“Estamos perdiendo todo”, dijo García-Menocal. “Simplemente no tenemos dinero para sobrevivir”.
Su grupo no es el único. Varios otros restaurantes de categoría de Miami que han tratado de batallar contra la crisis del COVID-19 durante una primera ronda de cierres, subsistiendo con entregas a domicilio y recogidas, además de tomar medidas de precaución como mantener el distanciamiento social y usar mascarillas dentro del local, también han preferido cerrar.
Batch Gastropub, que tiene locales en Brickell, Boca Raton y West Palm Beach, cerró sus dos restaurantes ubicados más al sur. Danny Serfer, chef de Blue Collar cerrará Vinaigrette, su local del downtown, especializdo en sándwiches, por lo menos cuatro meses, y decidió convertir su restaurante-bar de mariscos Mignonette en una especie de cafetería de platos italoamericanos llamado Red Sauce para recogidas, “ya que las entregas y recogidas en Mignonette fracasaron. Nadie venía a buscar mariscos y realmente no los culpo”.
Incluso Brad Kilgore, finalista del premio James Beard, ha mantenido cerrados a sus cuatro restaurantes y le entregó la cocina de su lujoso restaurante estilo japonés Kaido a un nuevo socio, Greg Tetzner, para convertirla en una pizzería llamada Old Greg’s.
Por su parte, Michael Beltrán, el chef-propietario de cuatro restaurantes y bares y nominado al premio James Beard, cerrará su restaurante Nave, en Coconut Grove, el próximo sábado, y su Chug’s Cuban-American a finales de mes. Beltrán dijo que tratará de consolidar su personal en sus restaurantes, Ariete y The Taurus.
“La batalla no solo está ocurriendo ahora. Queremos estar aquí dentro de un año”, expresó Beltrán.
Después que las municipalidades del sur de la Florida ordenaron que los comedores de los restaurantes cerraran por primera vez en marzo para para tratar de que disminuyera la propagación del coronavirus, pocos propietarios sabían que esperar.
Trataron de ir sobreviviendo con entregas y recogidas. Cuando en mayo se les permitió que los clientes entraran a comer, siguieron las nuevas regulaciones, que contemplaban una capacidad limitada a menos del 50 por ciento , al tiempo que mantenían seis pies de distancia entre una mesa y otra. Instalaron mesas afuera bajo el a veces implacable calor de la Florida para tratar de llegar a una capacidad mayor.
Sin embargo, el resultado, dijo García-Menocal, apenas cambió la situación, y el promedio de ventas de la compañia fue de cerca de 10 por ciento de sus ventas previas con las entregas y recogidas. Cuando se les permitió abrir el comedor con una capacidad reducida, a duras penas, algunos de los restaurantes lograron llegar al 50 por ciento.
“Estamos trabajando con pérdidas, pero seguimos escapando”, dijo García-Menocal.
Sin embargo, con el alarmante aumento de casos de COVID-19 en Miami-Dade, el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, ordenó que los restaurantes debían cerrar sus comedores otra vez, tras argumentar las evidencias recopiladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de que el coronavirus puede permanecer en el aire en espacios cerrados y pobremente ventilados, según un reporte del New York Times
En lugar de regresar a un modelo que resultó fallido, dijo García-Menocal, decidieron cerrar.
Beltrán vio números similares con sus restaurantes.
“Después de la cuarentena no quisieron volver, algo que entiendo por completo”, dijo.
Los comedores de los restaurantes, dijo el alcalde, no volverán a abrir hasta que el porcentaje de personas que den positivo al coronavirus en Miami-Dade no baje del cinco por ciento. El jueves estaba por encima del 20 por ciento.
Sin embargo, Giménez permite que los gimnasios, edificios de oficina, ferreterías, centros comerciales y otras tiendas pequeñas, se mantengan abiertas con medidas de precaución como mantener el distanciamiento social y usar mascarillas.
Un grupo de más de 50 dueños de restaurantes realizó una demostración en la AmericanAirlines Arena este viernes, de 11 a.m. a 2 p.m., para protestar que el alcalde está haciendo responsables a los restaurantes del repunte de la crisis del coronavirus en Miami-Dade.
RESTAURANTES CERRADOS
Stubborn Seed, ubicado en el 101 Washington Ave., Miami Beach
Root & Bone, ubicado en el 5958 S Dixie Hwy., South Miami
Stiltsville, ubicado en el 1787 Purdy Ave., Miami Beach
Mi’talia Kitchen, ubicado en el 5958 S Dixie Hwy., South Miami,
Batch Gastropub, ubicado en el 30 SW 12th St., Miami
Vinaigrette, ubicado en el 159 E Flagler St., Miami
Mignonette, ubicado en el 210 NE 18th St., Miami,
Nave, ubicado en el 3540 Main Hwy. #C-103, Miami
Chug’s Cuban-American Diner, ubicado en el 3444 Main Hwy. Suite 21, Miami
Traducción de Jorge Posada
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