El ex embajador de Cuba en Estados Unidos José Ramón Cabañas negó que el gran éxodo actual de cubanos sea responsabilidad del régimen, presentó el fenómeno como algo «normal» que ha pasado siempre en la historia y volvió a acusar a Estados Unidos de utilizar el tema como arma política de desestabilización interna.
Cabañas inauguró el lunes una nueva serie audiovisual del portal oficial Cubadebate TV, denominada «¿Por qué emigran los cubanos?». Para el director del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), las cifras del actual éxodo (unos 180.000 migrantes) «encajan con el número de las visas (de Estados Unidos) que no se han dado» en La Habana (20.000 anuales).
Según el ex diplomático cubano, «es muy difícil sostener la tesis» de que los emigrantes cubanos huyen «de algún estado de cosas en Cuba, porque cuando ya tienen legalizada la estancia en el país de destino, lo primero que hacen es volver y visitar».
«El que emigra en la Cuba de hoy, lo haga por razones económicas o políticas, lo cierto es que cuando llegan al destino hacen vida de inmigrantes económicos, no se mezclan con ningún plan de agresión a Cuba, no militan en ningún partido político ni redactan una plataforma política para construir otro tipo de sociedad en Cuba», esgrimió el funcionario.
En palabras de Cabañas, los migrantes cubanos «se acogen a los mismos patrones de cualquier migrante económico, se dedican a ‘luchar’ como dicen los cubanos, a buscarse un salario, a tratar de instalarse y una inmensa mayoría de casos mantienen el vínculo familiar y eventualmente regresan a Cuba, aunque sea de visita».
El funcionario citó como «un indicador más» de que no hay motivación política alguna en sus decisiones de emigrar el hecho de que emigrantes cubanos envíen a sus hijos a Cuba «de vacaciones».
El Gobierno cubano suele negar que la falta de libertades políticas y económicas empuje a los ciudadanos de la Isla a escapar por cualquier vía del territorio nacional. Tampoco explica que los emigrados prácticamente salvan a sus allegados en la Isla, que padecen una severa escasez de productos básicos y medicamentos de todo tipo. El envío de remesas desde el exterior es una de las principales fuentes de ingresos del régimen.
Cabañas volvió a mencionar la suspensión de vuelos directos decretada por la Administración Trump y derogada por Biden como elemento de encarecimiento para la emigración y que favorece a los traficantes de personas; sin embargo, nada dijo de las implicaciones que han tenido los acuerdos migratorios con el Gobierno aliado de Nicaragua tras el cual el éxodo de cubanos a través de Centroamérica se disparó.
Según Cabañas, antes de 1959, cuando cinco millones de cubanos vivían en Cuba, 125.000 residían en Estados Unidos. Ese flujo del 2,5% de la población cubana es incomparable, renoció, con el 18% actual; pero el funcionario culpó de esto al embargo y no a las erráticas políticas del régimen, que han llevado a la Isla al colapso económico y social.
Pese a la larga práctica de represión y separación de familias por parte del régimen —aplicada hoy despiadadamente a opositores y profesionales que abandonan misiones en el exterior— el ex director de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior acusó a Washington de promover «el drama de la separación de las familias» y a medios de comunicación extranjeros de «desdibujar» qué cosa es la emigración cubana.
El actual éxodo cubano ha superado las cifras de episodios anteriores como el Mariel, en 1980, o la Crisis de los Balseros de 1994. En los últimos diez meses solo a EEUU han llegado casi 178.000 cubanos, un promedio de casi 600 al día.
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