48 horas le tomó a Nicolás Maduro y al resto de los voceros de su gobierno consolidar una respuesta –más allá de la retórica antiimperialista– a la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de congelar bienes y activos propiedad de Venezuela en ese país. Así reseña el portal web Crónica Uno.
En las horas transcurridas entre el lunes 5 de agosto a las 9:00 de la noche y el miércoles 7 de agosto a las 8:30 de la noche, la diversificada vocería de Miraflores pasó por varias etapas que evidenciaron las contradicciones internas de la coalición gobernante, principalmente ante el mecanismo de Noruega y las conversaciones en Barbados.
Aunque el anuncio final fue la no asistencia de la delegación de Maduro a las reuniones previstas para esta semana en la isla caribeña, fuentes de la oposición esperan que la medida sea una “pataleta” y no constituya un cese definitivo de las conversaciones.
“Pensamos que se busca enfriar el efecto mediático de las sanciones y enviar un mensaje de firmeza a sus militantes. Comparable a la decisión de la delegación de Guaidó tras el asesinato del capitán Acosta Arévalo. En esa ocasión la oposición postergó una semana su participación en las reuniones”, recordó una fuente.
El analista consultado precisó que para esta nueva ronda de conversaciones, las partes seguirían “avanzando en la construcción de un cronograma electoral para elecciones presidenciales”. Explicó que a estas alturas, tras la «pataleta» madurista, solo esperan que Noruega convoque nuevamente a las partes.
48 horas de dudas
La primera reacción oficial a la Orden Ejecutiva de Trump fue un comunicado de la Cancillería dirigida por el ex yerno de Hugo Chávez, Jorge Arreaza. En la nota divulgada pasadas las 9:00 de la mañana del martes, el canciller de Maduro denuncia el “bloqueo económico, financiero y comercial” contra el país para “ahorcar al pueblo venezolano y forzar un cambio de gobierno inconstitucional”.
COMUNICADO| Venezuela denuncia ante comunidad internacional nueva Orden Ejecutiva de EEUU que pretende formalizar el criminal bloqueo económico, financiero y comercial contra los venezolanos, y cuyo objetivo es el de forzar un cambio de gobierno inconstitucional en el país. pic.twitter.com/8d4UAlY7fI
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) August 6, 2019
Un par de horas más tarde, la vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez emite una declaración acompañada de los otros vicepresidentes sectoriales. La funcionaria sostuvo que las sanciones de Trump y las posteriores declaraciones del asesor de seguridad de la Casa Blanca John Bolton constituían un atentado directo a la mesa de negociaciones: “Bolton está pateando la mesa de diálogo que se desarrolla en Barbados”.
Entonces Arreaza, hora y media después, en una rueda de prensa desde la Cancillería contradice a Delcy Rodríguez: “Bolton dice que el tiempo del diálogo ha terminado. La reunión que sostuvimos hasta el viernes pasado en Barbados no nos da esa impresión. Por el contrario pareciera que ahora más que nunca ese diálogo está vivo. Nosotros vamos a seguir allí, como ha dicho una y otra vez el presidente Maduro: llueva, truene, relampaguee, haya terremoto, en cualquier circunstancia estaremos allí”.
La firmeza de Arreaza queda desmontada un día después. El miércoles 7 de agosto, a las 8:00 de la noche, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, informa en su cuenta Twitter que por instrucciones de Maduro, la delegación que lo representa no asistiría a la reunión prevista para hoy y mañana en Barbados.
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