El preescolar Andrés Eloy Blanco, ubicado en las postrimerías del Hospital Central de San Cristóbal, sufre una grave crisis de contaminación que tiene enfermos a 130 niños entre 3 y 6 años de edad , así como a los 40 trabajadores del plantel educativo y a la comunidad anexa al centro de salud.
La situación se genera por daños del incinerador del hospital que está ubicado a escasos 5 metros del preescolar donde, además hay una laguna pegada al centro educativo que se formó por obstrucción en unas tuberías del centro de salud. Los olores son fétidos y éste jueves inundaban todo el plantel educativo, así como áreas del hospital central como la emergencia, lavandería, rayos X, la cocina, las calderas y los depósitos de farmacia.
Peligro de vida
«El incinerador es un grave problema que tenemos, porque cuando se enciende en horas de trabajo, cuando los niños están dentro del aula, tenemos que salir corriendo del salón con los niños y ubicarnos en otras aulas porque el olor que sale de lo que queman en el incinerador es terrible, es terrible. Hemos hecho diferentes oficios pasados al hospital central para tratar de canalizar que hagan un cronograma de las horas que cremen o los días que lo harán, para evitar afectar tanto a los niños y docentes de este plantel», expresó la profesora del preescolar Andrés Eloy Blanco, Raquel García.
Pero el incinerador, aunque reviste un grave foco contaminación al lado del preescolar, no es todo lo que afecta la salud de los niños, junto al centro educativo hay una laguna que se formó por la obstrucción de una alcantarilla de las tuberías del principal centro de salud de San Cristóbal, representantes y docentes siguen denunciando ese foco contaminante sin mucho éxito, de acuerdo a lo que expresa Eberth García, padre un estudiante, «esta laguna está afectando la parte respiratoria de los niños de manera muy frecuente, manden limpieza y asistencia médica».
Sostiene el representante que no se está cumpliendo con las horas establecidas para encender el incinerador, «llegamos a las siete de la mañana a dejar los niños y está prendido, hemos enviado la información pidiendo que no lo prendan mientras hay clases, en ese horario que no lo hagan. Tenemos muchos casos del personal del preescolar con dengue por los zancudos que genera la laguna», aseguró Ebert García.
«Si vamos a llevar a los niños a la escuela para que se nos enferme ¿entonces para qué los vamos a traer? Este preescolar nos ayuda, porque uno los deja mientras va a trabajar al hospital. Pero hacemos un llamado a la Gobernación para que atienda este grave caso, con la laguna y con el proceso de incineración, sino será mayor los daños a la salud de nuestros niños… Además ya tenemos varios del personal docente que han caído con dengue».
Si se cierra el incinerador, se cierra el hospital
El director general de la Corporación de Salud, Hildemaro Pacheco se acercó hasta la zona del hospital Central de San Cristóbal donde está ubicado el incinerador, y señaló que están consientes y preocupados del grave daño que genera las deficiencias que presenta este procesador de desechos: «sabemos del impacto que causamos en la comunidad, porque en ese incinerador se queman todos los desechos generados por las actividades propias del hospital, por ejemplo placentas, por ejemplo miembros amputados, tumores extraídos. Son desechos que no pueden ir a un vertedero de basura porque son de alto grado de contaminación y pensar en cerrar el incinerador es automáticamente negar que el hospital siga prestando los servicios que tanta demanda tienen en la población».
Explicó, que es un equipo viejo construido hace 50 años, con especificaciones de la época, pero el creciente desarrollo de la tecnología hizo que este incinerador quedara desfasado, además de su uso permanente. «recordemos que cuando fue construido el incinerador había poca densidad de población en la zona, ahora hay población importante que la hemos escuchado y hemos atendido con jornadas médicas en la comunidad».
La chimenea del incinerador está caída, han hecho diligencias con organismos internacionales pero aún no concretan repuestas, «frente a ese panorama, sabemos que no podemos posponer la reparación del incinerador y la gobernadora del Táchira ha aprobado recursos para repararlo. Nos comprometemos a tener el incinerador operativo en un ciento por ciento en unos meses», sostuvo el médico Hildemaro Pacheco.
«La chimenea colapsada tiene tres metros y se va a llevar a 12 metros que son los estándares mínimos internacionales. Se va a reparar su base de concreto y se va reconstruir la cámara de quemado de gas», para estás obras, señaló Pacheco que se invertirá 150 millones de bolívares en una primera fase.
https://youtu.be/whUrvyX2ztE