El tenso y polarizado panorama político venezolano tuvo un nuevo punto de inflexión hace una semana cuando el Gobierno y un sector moderado de la oposición conformado por cinco organizaciones políticas consignaron un acuerdo como parte de la ‘Mesa Nacional de Diálogo por la Paz’, en la que trabajan desde hace unos meses.
En este nuevo acercamiento, se estableció una serie de «acuerdos parciales» que contemplan el regreso de la fracción parlamentaria chavista a la Asamblea Nacional, la conformación de una nueva junta directiva del Poder Electoral, medidas de solución para los políticos privados de libertad y acciones en contra del bloqueo económico y a favor de la soberanía.
Esta línea tangencial entre ambas partes ha sido duramente criticada por los sectores más radicales de la oposición, desestimando el proceso de negociación que se había iniciado en mayo con una delegación del diputado opositor Juan Guaidó, que finalmente lo abandonó.
Entre las voces que respaldan el reciente acuerdo se encuentra el político y columnista opositor Enrique Ochoa Antich, quien en una entrevista a RT aclara que en Venezuela existen varias oposiciones y rechaza la petición de medidas coercitivas contra su país como manera de hacer política.
«Los diálogos avanzan si hay resultados», afirma y agrega que el Gobierno tiene la primera palabra, con respecto a los puntos que se comprometió a cumplir.
«Oposición minoritaria»
Quienes rechazan el acuerdo alcanzado con el Gobierno acusan a la oposición moderada de ser «falsa«, «traidora«, «colaboracionista» y «minoritaria«.
Ochoa Antich expresa que algunos confunden ser opositor «con intransigencia, ferocidad y altisonancia». «Creen que todo eso es valentía, sin darse cuenta de que la mayor valentía es la de ser moderado y demócrata. Se requiere más coraje para dialogar que para insultar», explica.
Afirma que «la idea de traición» solo es manejada por quienes creen en el «mito» de que existe una sola oposición. Para el entrevistado, los dirigentes que llamaron a la abstención en las pasadas presidenciales del 20 de mayo «traicionaron la línea participacionista exitosa de la oposición desde 2006 a 2015», que durante ese lapso se midió con el Gobierno en tres presidenciales, dos parlamentarias, tres regionales y dos referendos.
Admite que aunque los partidos que suscribieron el acuerdo son pequeños, «es muy grande el amplio tercer sector que apoya el diálogo y rechaza a los dos polos», conformados por el Gobierno –al que cataloga como «el peor de toda la historia»– y «una oposición entreguista».
Las tres oposiciones
En Venezuela, según explica el columnista, hay varios chavismos y por lo menos tres oposiciones,a las que cataloga de extremas a moderadas.
- La «oposición extremista radical«, representada por la exdiputada María Corina Machado, fundadora del partido de derecha Vente Venezuela y de Súmate. Se trata de una ONG que, según las autoridades venezolanas, recibió financiamiento de la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) para organizar actividades desestabilizadoras durante el Gobierno del fallecido Hugo Chávez.
- La «extremista moderada«, encarnada por los partidos Voluntad Popular (VP), fundado por el político opositor Leopoldo López; Primero Justicia (PJ), cuyo coordinador es el prófugo de la Justicia Julio Borges; Acción Democrática (AD), liderado por el diputado Henry Ramos Allup, y Unión Nuevo Tiempo (UNT), presidido por el excandidato presidencial Manuel Rosales.
- La «democrática y moderada«, relacionada con los partidos Movimiento al Socialismo (MAS), Avanzada Progresista (AP), Soluciones y Cambiemos. Según su punto de vista, esta oposición cree en el voto, en el diálogo, en la protesta pacífica y en la defensa de la soberanía nacional.
En su opinión, las oposiciones «extremista radical» y la «extremista moderada» se diferencian en «el énfasis y el tiempo en cuanto al voto y al diálogo se refiere», sin embargo, «tienen en común que aceptan el tutelaje de Washington, propician una invasión, promueven sanciones, organizan protestas violentas y tientan una guerra civil entre venezolanos».
En el ala extremista radical se ubica como figura emblemática Machado, quien se ha opuesto a la celebración de elecciones, a las distintas rondas de diálogo, ha desconocido a los poderes públicos venezolanos y considera como única opción la salida de Maduro, al que cataloga de «dictador» y «tirano», a través de una intervención militar.
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