El 25 de julio de 2021 la capital cumplió 454 años desde su fundación por los conquistadores españoles, sin grandes celebraciones por parte de su alcaldía. Con una deficiencia cada vez mayor de sus servicios públicos y planes de embellecimiento que solo se enfocan en pintar de gris sus fachadas, la ciudad parece expresar en su recogimiento que ha vivido tiempos mejores.
Para el aniversario 450 de Caracas, el portal BBC Mundo hizo una selección de los seis proyectos que cambiaron y modernizaron la ciudad. El Metro de Caracas, las torres de El Silencio, el Teatro Teresa Carreño y Parque Central destacan en una metrópolis que alguna vez estuvo a la vanguardia de las escuelas arquitectónicas. Un espacio ecléctico donde conviven en armonía múltiples estilos y tendencias.
Sin embargo, existe otra cara de la ciudad para explorar en su cumpleaños. Las obras y proyectos que prometían desarrollo y que por diferentes motivos no se terminaron, o de plano jamás se construyeron. El Helicoide, concebido como la primera avenida en espiral del mundo, es actualmente un calabozo para prisioneros políticos. La torre de David, hoy desalojada luego pasar años invadida como un barrio vertical, o las líneas fantasmas del Metro que aún se anuncian en los mapas del subterráneo. Todos los vestigios de una Caracas que nunca fue.
Una ciudad moderna
Entre las décadas de los cincuenta y setenta, Caracas era considerada una de las ciudades más modernas de Latinoamérica. Los ingresos por la renta petrolera se reflejaban en toda una red de autopistas, avenidas y edificios que aceleradamente cambiaban el rostro de la otrora ciudad de los techos rojos.
Para el arquitecto Ricardo Castillo, no existe una obra urbanística o arquitectónica que por sí sola represente la modernidad de una ciudad. En entrevista para El Diario señala que el desarrollo viene de la suma de múltiples proyectos bien organizados y pensados para sus habitantes.
“Actualmente vemos que aquellas ciudades que tienen un mejor sistema de transporte público y mejores espacios públicos son aquellas que ofrecen mejor calidad de vida a sus ciudadanos. Aquellos proyectos que aportan soluciones a la movilidad de las personas son los que más afectan a nuestra capital hoy en día”, expresa.
En una entrevista a Prodavinci, el urbanista Arturo Almandoz Marte desmitifica un poco esa imagen de la modernidad caraqueña. Reconoce que hubo un proceso que llevó a la ciudad a transformarse en menos de 50 años, lo que califica como un hito mundial; no obstante, a su juicio, se sobredimensionó tanto aquella época que poco a poco Caracas fue quedando rezagada sin que sus habitantes se dieran cuenta.
Asegura que se exaltó demasiado la importancia de las obras monumentales, ignorando por completo que resultaban insuficientes para el crecimiento que experimentaba la capital. Del mismo modo, el avance de las construcciones informales superó toda previsión, imponiendo un nuevo paisaje que chocaba con el espejismo de modernidad. “Por ser Venezuela el país de urbanización más atropellada en el segundo tercio del siglo XX, los contrastes se evidenciaron de una manera patética y dramática”, explica.
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