Donald Trump, presidente de Estados Unidos, prometió este viernes que las relaciones con los gobiernos “de facto” de Venezuela e Irán serán “mas agresivas” tras las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
“Irán y Venezuela quieren hablar con nosotros, pero tienen que esperar hasta después de las elecciones (…) hace un año les di la opción de conversar o hacerlo luego de la elección, pero ahora será un trato más agresivo. Deben prepararse”, advirtió en el evento Latinos por Trump, realizado en la ciudad de Doral, en Miami, Florida.
Recordó que ha impuesto “las sanciones más duras que alguna vez se habían aplicado” a países latinoamericanos con regímenes que violan los derechos de sus ciudadanos, como Cuba, Nicaragua y Venezuela; para obligar a sus mandatarios a dejar el poder.
También volvió a hacer referencia a la precaria situación de Venezuela, el otrora país más rico de la región, al contar con las mayores reservas certificadas de petróleo en el mundo.
El presidente Trump aseguró que el país se puede convertir pronto en una Venezuela durante una mesa redonda celebrada este viernes con latinoamericanos que elogiaron su lucha contra el «comunismo» y su ayuda a Puerto Rico tras el huracán María.
«Podemos ser una Venezuela también», subrayó el republicano en el evento Latinos por Trump, aludiendo a una posible victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
«Lo empecé a decir hace dos años, esto realmente puede suceder», agregó Trump durante la mesa redonda que acogió a puertorriqueños, colombianos, centroamericanos y cubanos y en la que dijo que Biden se había reunido con Nicolás Maduro, sin aclarar si fue algo reciente o, como sucedió realmente en 2015, durante su vicepresidencia.
El encuentro Biden-Maduro tuvo lugar en Brasilia durante la toma de posesión de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil.
La nicaragüense Carla Salvatierra le dijo a Trump que ella sabía de primera mano qué es «escapar del comunismo». «Sucede rápido», le aseguró, a lo que Trump contestó que «sí».
Relatos como el de la centroamericana dominaron la jornada en la ciudad de Doral, la que el presidente llamó la «Pequeña Venezuela» por su gran población venezolana y donde tiene su club Trump National Doral, donde se celebró el evento.
Más que preguntas, Trump recibió constantes alabanzas de los latinoamericanos, incluso el salón se inundó de aplausos cuando Salvatierra dijo que nadie más que él se merecía el Premio Nobel de la Paz.
«Gracias por todo lo que ha hecho por Israel», manifestó la inmigrante.
Los participantes en el foro resaltaron la ayuda oficial a los pequeños negocios durante la pandemia de la COVID-19, las sanciones a los Gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua y los «millones» para la reconstrucción de Puerto Rico tras el huracán María en 2017.
Del tema de Cuba y Venezuela no enfatizaron mucho los congregados y prevalecieron los relatos de boricuas, que en Florida ya alcanzaron una población de más de 1,3 millones y se inclinan más por los demócratas.
Con información de La Verdad
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