Probablemente, si vives en una zona plagada de mosquitos, estarás pensando que el mundo sería un lugar mejor sin estos malditos insectos. Lo mismo podrías pensar de las moscas y de tantos otros seres que, aparentemente, no hacen más que molestar. Sin embargo, si un día desaparecieran, te acordarías el resto de tu vida.
Del supuesto de un planeta Tierra sin insectos trata la última pieza de los chicos de Science Insider, quienes pasan a desgranar el horizonte que le esperaría a nuestra civilización sin estos pequeños seres.
Por ejemplo, no habría más veranos con cigarras ni luciérnagas parpadeando, tampoco abejas para polinizar manzanos, cerezos, duraznos o almendros. Nadie para hacer miel. Por otro lado, un mundo sin insectos significaría un mundo con estantes vacíos en los supermercados, y esto es solo el comienzo de nuestros problemas.
Incluso los molestos mosquitos, quienes acaban con la vida de cientos de miles de personas cada año al transmitir la malaria y otras enfermedades, son más importantes de lo que creemos. Hay más de 3.000 especies de mosquitos en la Tierra, y todos son alimento para pájaros, murciélagos, ranas y otros animales. La extinción de los mosquitos significaría que los animales que se alimentan de ellos podrían pasar hambre.
Algo parecido ocurre con la temida cucaracha, un manjar repleto de proteínas para pájaros, roedores e incluso humanos en algunas partes del mundo. Si perdiéramos las 4.400 especies de cucarachas que existen, ecosistemas enteros tendrían dificultades para sobrevivir. Y lo creas o no, tendríamos problemas aún peores, ya que nos enfrentaríamos a algo así como un “apocalipsis” de caca sin uno de los recicladores más grandes del mundo, el escarabajo de estiércol.
¿Cómo? La historia ya nos ha enseñado qué sucede cuando estas criaturas no pueden hacer su trabajo. En 1788, los británicos introdujeron el ganado en Australia, y estas vacas defecaron mucho. Para que nos hagamos una idea, cada una defecó lo suficiente como para llenar cinco pistas de tenis al año.
Sin embargo, mientras que los escarabajos de estiércol en Gran Bretaña comían y descomponían la caca de vaca, los escarabajos australianos nativos no la tocaron porque evolucionaron para masticar solo estiércol marsupial fibroso y seco. ¿Qué ocurrió? Lo que estás pensando: que la caca de vaca se amontonó en cantidades nunca antes vista.
Para 1960, el ganado había alfombrado miles de hectáreas de pasto en estiércol. Aquello era suficiente para cubrir más de dos mil kilómetros cuadrados, y aunque un poco de excremento es bueno para fertilizar, el océano de estiércol formado iba a inundar las plantas con nitrógeno, haciendo imposible que creciera algo.
Por tanto, si las 8.000 especies de escarabajos de estiércol, más otros insectos comedores (como las mismas moscas), desaparecieran en todo el mundo, en esencia nos quedaría una planeta tierra donde confundiríamos las montañas con las pilas de caca. Las tierras de cultivo, los bosques y el desierto se derrumbarían, y flotando sobre ellos habría una gran cantidad de cadáveres, y la mayoría de animales no tienen cadáveres en su dieta.
Es justo en este punto donde surgen los escarabajos carnívoros, también conocidos como dermestidos, y otros insectos que mastican cadáveres. Más de 500 especies de estos espeluznantes enterradores viven en todo el planeta, devorando carne muerta hasta que solo queda hueso. Sin ellos, habría menos “guardianes” para limpiar el desorden. Aunque por supuesto, todavía habría buitres hambrientos y bacterias alrededor para ayudar.
Así que la próxima vez que un insecto te esté molestando, piensa que la vida sin ellos no sería mejor, sino probablemente, todo lo contrario.
Con información de Science Insider