La espectacular imagen que vemos la tomó un astronauta a bordo de Estación Espacial Internacional en la víspera de Navidad en 2020. Lo que vemos: los brillantes pozos de prospección de oro de la Amazonia peruana desde la órbita terrestre baja.
Cuentan desde el Observatorio de la Tierra de la NASA que aunque la fotografía se ha editado ligeramente para mejorar el contraste, simplemente se tomó con una cámara digital Nikon D5. El “truco” de la naturaleza para que veamos algo así se da porque la zona se ve afectada por los rayos del Sol, de forma que los pozos ricos en oro emiten un reflejo radiante.
En cuanto a los pozos, consisten en cientos de cuencas llenas de agua muy compactas rodeadas por áreas de lodo sin vegetación. Los canales entrelazados en el lado izquierdo de la imagen son el río Inambari y la Reserva Nacional Tambopata, ambos legalmente protegidos contra la minería.
La minería de oro supone que Perú es el sexto productor mundial de metales preciosos. Sin embargo, parte de esta extracción es impulsada por la minería ilegal, que involucra procesos destructivos que devastan el medio ambiente local y las comunidades amazónicas.
Además, una de las principales preocupaciones es el mercurio y su primo altamente tóxico, el metilmercurio. Los mineros de oro a menudo usan mercurio para separar su mineral de oro del suelo y los sedimentos sin las precauciones de seguridad adecuadas. El mercurio, que es en sí mismo una potente neurotoxina, se filtra en los estanques y luego se puede convertir en metilmercurio químico súper tóxico a través de procesos microbianos.
Un problema por el impacto ambiental y el propio envenenamiento por mercurio que afecta a las comunidades amazónicas.
Con información de IFLScience
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