El gobernante Nicolás Maduro está perdiendo poder en Venezuela y hoy importantes personeros de su régimen conspiran para derrocarlo tras llegar a la conclusión de que su permanencia en el poder ya es un problema, dijo el senador federal floridano Marco Rubio.
“Está rodeado de personas que lo quieren quitar para poner a uno de ellos en el poder”, dijo Rubio, una de las voces más influyentes en Washington sobre la política hacia Venezuela.
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“[Esas personas] no están interesadas en la democracia, sino en mantener sus privilegios. [Y un cambio de régimen] puede ocurrir en cualquier momento. En los últimos dos años ha habido más de cinco o seis intentos de cambiar el régimen y ninguno se vio venir”, agregó Rubio.
Washington, que respalda abiertamente la presidencia interina del dirigente opositor Juan Guaidó, ha estado promoviendo que sean las propias fuerzas armadas del régimen las que restauren la democracia en el país.
Y es posible que ese proceso ya haya empezado, advirtió Rubio.
Cabello ya estado fortaleciendo su posición discretamente a medida que la situación de Maduro se debilita, lo que hace aumentar la situación de ebullición en el país petrolero.
“Yo no creo que haya alguna duda de que Diosdado Cabello siempre ha querido ser presidente de Venezuela”, afirmó Rubio en una entrevista telefónica. Pero lo que “hemos visto en los últimos meses es cómo los cargos más importantes del régimen ahora son ocupados por personas fieles a él, incluso miembros de su familia y de su círculo interno”.
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Descrito frecuentemente como uno de los hombres más ricos y poderosos de Venezuela, Cabello lleva tiempo controlando varios sectores del país, como el servicio de impuestos, y dese hace un año, la presidencia de la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Pero lo que ha estado ocurriendo desde que el régimen entró en franco enfrentamiento este año con la comunidad internacional es que Cabello ha comenzado a ejercer un mayor control sobre las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia.
Si logra consolidar el control del aparato represor, Cabello podría en teoría usar su control sobre la ANC para destituir a Maduro, dijo Rubio.
“’Él sabe que nunca ganaría una elección libre en Venezuela. Pero está buscando apoderarse del sistema para ponerse él o para poner a alguien que él controle al frente de ese gobierno, donde sería el verdadero poder”, explicó Rubio.
El gobierno del presidente Donald Trump, que ha convertido la restauración de la democracia venezolana en una de sus prioridades en América Latina, ha enviado múltiples mensajes dando a entender que está dispuesto a trabajar con algunos integrantes del chavismo, por muy mal vistos que sea actualmente, si le dan la espalda a Maduro.
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No obstante, Rubio señaló que eso no es un cheque en blanco, enfatizando que no todos los líderes del régimen son redimibles.
Algunos enfrentan cargos ante la justicia estadounidense y la diplomacia norteamericana no está en condiciones de entorpecer, y mucho menos proteger, a ningún chavista de procesos judiciales en Estados Unidos o tribunales internacionales, señaló.
Aunque no se ha anunciado oficialmente, agencias federales estadounidenses llevan años investigando a Diosdado Cabello y a otros altos dirigentes del chavismo bajo sospecha de que controlan las operaciones de narcotráfico en el país.
Maduro, con la ayuda del aparato de inteligencia cubano, sigue controlando sectores del Estado, pero está cada vez más solo internamente ante la creciente percepción entre las principales figuras del chavismo de que el régimen bajo su mando está en un callejón sin salida, dijo Rubio.
La estrategia de Maduro ha sido simple: mantenerse aferrado en el poder hasta que pase la tormenta, apostando a que algún día Washington y el resto de la comunidad internacional, así como la plataforma de resistencia congregada alrededor de Guaidó se canse, y terminen todos abandonando la pelea, señaló.
Pero la presión internacional, con las drásticas sanciones aplicadas hasta ahora, sigue creciendo cada día y muchos de los funcionarios de mediano rango del gobierno y de las fuerzas militares y de la Policía siguen resistiendo, no ya por lealtad a Maduro, sino porque aún no se han puesto de acuerdo para sacarlo del juego, dijo Rubio.
Con información de El Nuevo Herald